Déjame ser tu reina [Supercorp]

Capítulo 34

—Lena, no puedes llevar botas, tienes que llevar tacones para probarte el vestido —suspiró Kara, lanzando a Lena una mirada de exasperación al ver los zapatos que se ponía

        —¿Qué vestido?

        Kara frunció ligeramente el ceño.

        —El de la fiesta de cumpleaños de Lucy. Se supone que íbamos a ir a la prueba y a comer, ¿recuerdas?

        —Oh, mierda, ¿eso era hoy? —dijo Lena, haciendo una mueca mientras se ponía la otra bota—. Hoy no puedo, cariño, ¿podemos reprogramar para mañana?

        —¿Por qué? ¿Qué pasa? —preguntó Kara, dedicándole una sonrisa burlona mientras se acercaba a Lena y se dejaba caer en su regazo—, ¿no quieres pasar tiempo conmigo?

        Lena vaciló, una lenta sonrisa se extendió por su rostro, que no llegó del todo a sus ojos.

        —Claro que sí, amor, pero se me olvidó que ya tenía que tener una reunión durante el almuerzo con otra persona.

        Inclinando la cabeza hacia un lado, Kara le dirigió una mirada de desconcierto, antes de sonreír.

        —No hay problema. ¿Está Sam en la ciudad?

        Lena arrugó la nariz y sonrió para darle un beso rápido:

        —Si Sam estuviera en la ciudad, lo sabrías. No hay nada de qué preocuparse, es que me olvidé por completo de la prueba del vestido. ¿Qué te parece si vas a la prueba y eliges algunos que creas que me quedarán bien, y luego me los pruebo esta noche y te dejo elegir? Incluso organizaré algo especial para la cena para compensarte.

        Volviendo a besarla, Kara le dedicó una sonrisa cariñosa.

        —No tienes que compensarme nada, pero suena como una cita.

        —Bien —dijo Lena, dando un apretón a la pierna de Kara y esperando a que se levantara de un salto—. Bueno, se supone que me voy pronto, así que te llamaré cuando esté de camino a casa, ¿de acuerdo?

        —De acuerdo —dijo Kara, poniéndose en pie y observando cómo Lena se revolvía en busca de su teléfono, el bolso, la bolsa y el abrigo. Deslizando un par de gafas de sol, le dio a Kara una rápida sonrisa.

        —Que tengas un buen día, cariño —dijo Lena, dándole un rápido beso antes de dirigirse a las puertas del dormitorio, deteniéndose para rascar a Aoife detrás de las orejas al salir.

        Al verla salir, Kara se acercó a la puerta y se apoyó en ella mientras veía a Lena cruzar el salón.

        —Oye, te amo.

        Con la mano puesta en el pomo de la puerta, Lena se giró y le hizo una reverencia burlona:

        —Con permiso, Su Majestad.

        Poniendo los ojos en blanco, Kara sonrió.

         —Eres una idiota.

         —Te encanta —dijo Lena, dedicándole una amplia sonrisa—, pero no tanto como me encantas tú a mí.

        —Que tengas un buen día.

        Kara negó con la cabeza, sonriendo al ver cómo se cerraba la puerta tras Lena, y se impulsó desde el marco de la puerta y fue a buscar un par de tacones. Media hora más tarde, se deslizaba en la parte trasera del coche, junto con cuatro guardaespaldas, y se dirigía a la tienda de vestidos. Pasó una hora probándose vestidos, sacando algunas fotos y enviándoselas a Lena, antes de elegir unos cuantos para ella y marcharse, dirigiéndose a un restaurante cercano para comer. Sentada sola en el fondo de la cafetería, estaba revisando su teléfono, contestando mensajes y revisando sus cuentas en las redes sociales, cuando recibió una alerta de un sitio de noticias al que se había suscrito después de la última gran noticia sobre ella y Lena, para estar al tanto y no tener que depender de otros para que le dieran la noticia. Curiosa por saber qué fotos de ella se habían tomado, abrió la alerta y fue llevada a un sitio de noticias en Thorul, que mostraba fotos de Lena saliendo del aeropuerto, subiendo al coche y fotos de ella llegando al palacio. Kara frunció el ceño al ver las últimas fotos, dándose cuenta de que Lena no le había dicho toda la verdad: iba a ver a su madre. Sintiéndose confundida sobre por qué Lena mentiría, Kara terminó su comida y salió lentamente de la cafetería, recorriendo las mismas escenas desde diferentes ángulos e intentando averiguar por qué Lena no se lo había dicho.