14.

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La vida siempre es cruel, algunas veces más que otras, pero siempre es cruel no importa de que lado lo veas, o al menos así era para Yoongi.

A sus cortos 10 años y los constantes castigos de parte de su padre marcaban un límite entre su infancia y un rencor marcado para siempre. Aún cuando las justificaciones de aquel hombre eran que lo hacía por su bien o era para mantenerlo a raya, un niño no comprendía que había de mal.

Por eso cuando un día ingreso al hospital debido a un castigo severo de su padre, no espero para decir que la persona con la que vivía lo trataba de lo peor, y así fue como su depresión creció.

No tenía amigos con quién hablar, no tenía una persona de confianza con quién llorar, sus tíos decidieron cuidarlo y darle un hogar cálido que el agradeció mucho, pero eso no alejaba el trauma que su corazón y mente tenían.

Por qué no tenía a nadie... Hasta que ese chico rubio parecía más perdido que él, sintió pena y lastima por él, sabía cómo se sentía estar en ese lugar de tu mente, así que sin pensarlo se acercó a él y trato de sonreír iniciando una conversación ganándose un mejor amigo que cuidaría toda su vida.

...

Cuando un nuevo comienzo daba lugar en su vida escolar, se sentía vacío, de nuevo no tenía a nadie, o eso creyó hasta que aquel rubio tan entusiasmado lo tomo del brazo y lo llevo corriendo hasta encontrar lo que parecía llevar toda su vida buscando.

Un chico pelirrojo con una hermosa sonrisa le miro con amabilidad, saludando para ser amable, ambos sin saber que tiempo después, tendrían la mejor relación que siempre anhelaron.

•••••

Los días pasaban y a pesar de no dejar de llorar por Yoongi, su corazón se sentía tranquilo, el mayor se le veía más animado y sonreía con mucho ánimo, así que estaba bien.

O eso quería pensar, quería engañar a su corazón diciéndole mentiras como: "Está mejor sin mi."

Y Yoongi, su cabeza cada vez le dolía más y cosas borrosas atormentaban sus sueños, esas manchas que no lograba percibir parecía que gritaban por algo de atención en su cabeza, y su medicamento solo calmaba momentáneamente eso.

Jimin se sentó a su lado, miro la televisión y luego lo miro a él, estaba nervioso y su respiración agitada también lo delataba.

—¿Paso algo?— pregunto viéndolo preocupado.

—Hyung quisiera hablar con usted un momento.

—Si, ¿De que se trata?— el rubio jalo un poco su cabellera y suspiro, sus manos sudaban y tenía miedo.

—Lo que pasa es que... No sé cómo decir esto...

—Esta bien, solo dilo.

—Queria hablar sobre Yoongi...— espero una respuesta o mínimo una mueca de tristeza o disgusto pero solo obtuvo una sonrisa y un asentimiento de parte del mayor.

—¿Le pasó algo?

—De hecho... No, a quien le pasa algo es a mi.— Hoseok frunció el ceño.

—¿Te duele algo? ¿Te lastimaste?

—No, lo que quiero decir es que...— ¿Cómo decirlo? —¿Recuerda esa oportunidad que pidió Yoongi?— Hoseok asintio —Creo que, no, estoy seguro... Hyung, Yoongi me gusta.

Regresa a mi. [YoonSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora