Capítulo 13: Preparativos

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Al día siguiente la familia se levantó temprano. Tenían muchas cosas que hacer: organizar una coronación y una fusión de almas, dos cosas bastante complejas. Sobre todo si se tiene en cuenta el hecho de que no sabían nada sobre el tema.

Eran las diez de la mañana y todos menos Ocalipt y Paola estaban reunidos alrededor de la mesa. Enma había desplegado el larguísimo pergamino que les entregó la vidente; era tan largo que sobresalía por los extremos.

- Lo primero es leer esto- dijo Swend, señalando el texto (cuya letra era diminuta) con las astas.

- Vale, pues cuando lo hayamos leído...Esto...Lo comentamos, o lo que sea- intervino Divad.

Una media hora más tarde ya habían terminado de leer el larguísimo texto. Se miraron los unos a los otros, indecisos. No habían entendido casi nada; las cosas que se explicaban eran demasiado complejas para ellos. Tan sólo Ruz, Tonk y Enma entendieron algunos conceptos, gracias al hecho de que sabían bastante sobre hechicería y magia.

- Así que las dríades y la Guardiana de las Rocas se encargan de la fusión de almas y de preparar el Árbol de la Conexión. Bien, una cosa menos- dijo Enma, tachando un punto de la lista que había elaborado mientras leía, para no liarse y organizar las ideas.

- Sí, pero habrá que buscarlas- apuntó Swend.

Tonk le susurró algo a Ruz al oído. La chica asintió rápidamente.

- Tonk y yo vamos a por las dríades y la Guardiana. Hasta luego.

- ¡Un momento, Ruz!- exclamó Lirisa, y se dirigió hacia la puerta, donde estaban Ruz y su amigo- Tened mucho cuidado, las dríades pueden ser algo... imprevisibles. Y manteneos alejados de los trasgos y los trolls, siempre andan buscando problemas. Ah, y sobre todo muchísimo cuidado con los soldados de Nurcuam, no sabemos lo que pueden hacer...

- Tranquila, sabemos lo que hacemos. Además, Tonk es en parte elfo. Conoce el bosque mejor que nadie- la cortó Ruz.

- Está bien, hija mía. Iros ya, pues.

Ruz agarró una pequeña mochila, metió cuatro cosas y le hizo un gesto a Tonk con la mano. Ambos echaron a andar por el bosque con soltura.

- No te preocupes, saben cuidarse- tranquilizó Divad a su madre, que miraba por la ventana con aprensión-. Y ahora, vamos a ver lo que nos queda.

- Organizar la fiesta de coronación, mandar las invitaciones, el menú...- leyó Enma.

- Tradicionalmente las invitaciones se envían mediante un arbusto mágico. Quizá os podéis encargar de las invitaciones Ocalipt, Paola y tú- propuso Swend.

- Vale, así los tenemos entretenidos- estuvo de acuerdo Enma-. Y el arbusto ese, ¿dónde está?

Swend se sorprendió. Sabía exactamente dónde se encontraba la planta y qué hacer con ella.

- Yo os ayudaré- se ofreció.

- Mamá, vamos con Swend, ¿es necesario que nos acompañe alguien más?- preguntó Enma.

- Bueno, hija, Swend es el príncipe...Podéis ir solos, sí. Pero mucho cuidadito, ¿eh?- les recomendó Lirisa.

- Sí, no te preocupes- le dijo Enma. Luego hizo un gesto a Swend, cargó con su bolso de mimbre y cogió a los niños de la mano.

- ¿Qué queda?- preguntó Hermegilda.

- El catering y la fiesta. ¿Quién se encarga tradicionalmente de eso?

- ¡Ah!- Lirisa sonrió- ¿Te suena el pueblo de Wallem?

- Sí. He estado allí con Paola.

- Pues saben mucho de magia y de cocina. Ellos siempre se encargaban de la fiesta y la comida.

La Llamada del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora