Capítulo 6: Revelaciones

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Una vez en Kaher, Kashia los condujo hasta una lujosa casa construida con la bonita arquitectura que se estilaba en el desierto. Les hizo pasar y le enseñó el interior de la vivienda; tan espaciosa, tan blanca, tan moderna...La familia al completo alucinó al ver las habitaciones amuebladas de manera tan distinta a las suyas, los mosaicos en el suelo o las lámparas de aceite hechas de bronce.

Y la mayor sorpresa llegó cuando Kashia, alegando que, en caso de que el príncipe de Norüem estuviera con ellos, necesitaría un hospedaje en condiciones, les ofreció la casa durante su estancia.

Lirisa intentó negarse (por cortesía, aunque estaba deseando aceptar) pero Kashia insistió, diciendo que en parte era una compensación por haberla tratado tan bien. Lirisa acabó aceptando, sin demasiado esfuerzo.

Ciertamente, nada estaba yendo como habían esperado.

⚜⚜⚜

Ruz y Tonk recorrían las calles de Kaher buscando una tienda de alimentación cuando vieron una llamada "El Saldo Salado" que les llamó la atención. Era una tienda en apariencia enana, y el escaparate cubierto con un cristal lleno de polvo tenía pintadas las palabras "Lo mejor al mejor precio" en color dorado desvaído. Un viejo rótulo de madera situado encima de la puerta anunciaba el nombre del establecimiento. Muertos de curiosidad, entraron.

Nada más cruzar la puerta se quedaron sorprendidos. El interior de la tienda estaba completamente forrado de madera (techo, suelo, paredes) y tenía un montón de estantes desperdigados por todo el espacio. Además, en el centro del establecimiento había un montón de barriles llenos de comida y especias a granel. Las estanterías estaban repletas de cosas extrañas, de un poco de todo, y los productos se amontonaban unos encima de otros desordenadamente.

Ruz fue a la sección de ingredientes para pociones, atraída por los frascos de cristal y los ramilletes de hierbajos secos que colgaban del techo. Parecía que allí la magia no estaba tan mal vista, o aquella tienda era una de las excepciones. Tonk se fue a los barriles, y entonces se fijó en una encapuchada que le hacía gestos para que se acercase.

La joven encapuchada estaba en la sección de artículos de cocina. Estaba encorvada, como encogida, ocultándose del mundo con la capucha color rojo oscuro que le caía sobre la cara e impedía ver su rostro. Además, llevaba un pañuelo gris para que no se le vieran ni la boca ni la nariz.

Tonk se acercó a la muchacha. Entonces, esta se quitó el pañuelo y le susurró al chico al oído:

- Soy Inisha, tu prima.

Se quitó la capucha un instante, disimuladamente, para que Tonk pudiera verle el rostro...y las orejas, acabadas en punta, delatando que era una elfa.

Tonk parpadeó, tratando de retener las lágrimas que aquel fortuito encuentro le estaba provocando. Tras tanto tiempo, por fin se había reencontrado con una persona de su sangre.

- Después de tantos años...- murmuró-. ¿Por qué no me buscaste?

Ella se mordió el labio inferior, como si la atormentaran recuerdos del pasado. Bajó la vista.

- Cuando caí enferma...Ah, Tonk, las cosas se complicaron mucho. Sé que por culpa de la epidemia tus padres...murieron, y tu hermano también, y que debería haberte buscado, pero fue entonces cuando me enfermé. Estaba en Naïere cuando me contagié en la ciudad élfica de Elves Fy, y no pude regresar hasta un año después, ya recuperada. Pero casi no logré superar la enfermedad, y cuando lo conseguí ya estabas lejos...Y pese a que te busqué, te había perdido en el bosque.

Tonk asintió, a punto de llorar. Su prima se acercó y lo estrechó en un abrazo de consuelo, también con el llanto pugnando por salir de su garganta. Se separaron cuando se sintieron mejor, algo más reconfortados.

La Llamada del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora