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Dudas.

Mantener la comida caliente, mantener la comida caliente. Eso era lo que JungKook se repitió así mismo cada noche antes de tomar el cuerpo de su alimente vivo y cubrirlo con su cuerpo, en una especie de abrazo muy pegajoso.

JungKook no sabía muchas cosas, no sabía hablar ni tampoco leer, pero lo único que si sabía es la comida se tenía que proteger y cuidar. Es por eso mismo que empezó a cuidar de TaeHyung de manera seguida, seguía cayendo en la inevitable tentación de comérselo, pero se resistía.

Tras varios intentos había aprendido que TaeHyung no se dejaría comer, no entendía por qué, pero tampoco le preguntaría. Él solo cuidaría de él hasta el día que TaeHyung se dejase comer.

[ ... ]

— Sigue vivo Yoongi, lo le vi... ¡Sigue vivo!

— Cierra la puta boca. — Yoongi estalló a su compañero contra la blanca pared de la habitación, su mano presionando su boca. Si alguien los escuchaba hablando de eso, estarían fuera de la empresa, o incluso muertos. Yoongi no era un exagerado, sabía como funcionaba esa maldita empresa, todas las cosas enfermizas que había y las cosas enfermizas que todos hacían para esconder sus secretos. Incluso él, las cosas que estaba haciendo para ocultar sus crímenes. Las cosas que hacía para ocultar sus errores del pasado.

— Es cierto. — Exclamó Bogum, apartando la mano de Yoongi de su boca. — Estaba haciendo el turno de la noche, la curiosidad pudo conmigo... destapé el agujero y lo vi, TaeHyung sigue vivo.

No le podía creer. En el fondo sabía que Bogum no le mentía, pero no podía ser verdad. Lo que le había costado meter a ese crío en el agujero, las cosas que había tenido que hacer y el daño que había provocado, incluso el enfado que su jefe tenía por la misteriosa desaparición de TaeHyung.

Ese maldito niño, nunca sabría todos los problemas que había causado. Desde el primer segundo de su nacimiento.

— Que importa... — Yoongi se llevó la mano a la cabeza, tratando de pensar que tan mala podía ser la situación. — JungKook se lo comerá tarde o temprano, y si no lo hace no importa. Mantendremos a TaeHyung vivo, ahí abajo. Dile a Jessica que la hora blanca del agujero número cero la haremos nosotros de ahora en adelante.

El silencio reinó durante unos minutos. El suelo blanco a sus pies cada vez era más opacado por el rojo intenso de la sangre que se desplazaba sin prisa por toda la sala, el sonido de las gotas de sangre cayendo de los cuerpos inertes de los cerdos colgados en el techo sonaba casi como una melodía.

— Como Jessica se entere de TaeHyung se pondrá como una loca. Se tiraría de cabeza a ese agujero.

— Jessica no se enterará. — Repuso Yoongi.

Bogum aparentaba ser un hombre fuerte, era alto y corpulento. Sus grandes manos tomaban el mango de los cuchillos y los clavaba en el cuello de cada cerdo, como si de un maestro se tratara. Pero en el fondo no era más que un cobarde, un hombre miedoso e ingenuo.

Yoongi le quería. Era su amigo, habían entrado a esa empresa juntos y haría lo que fuera por él, pero era él primero que sabía lo tonto que Bogum era, y lo mucho que cada palabra o acción que saliera de él podría ponerlo a ambos en peligro.

— Y... ¿A ti no te afecta? — Inquirió curioso y algo temeroso Bogum, mirando de reojo a Yoongi mientras agarraba la fregona que se encontraba en la esquina, restregándola contra la espesa sangre del suelo.

Yoongi casi podía escuchar los frenéticos latidos del corazón de Bogum, lo nervioso que estaba formulando esa pregunta. No le juzgaba, aunque no negaba que deseaba ahorcarle en el primer charco de sangre que viera tan solo por ser tan estúpido como para mencionar ese tema. Ese tema del que Yoongi se negaba a hablar, desde hace años.

— No. — Contestó, tajante. La conversación había terminado, no hacía falta que ninguno de los dos lo dijera, ambos le entendían, se entendían. Solo se dispusieron a fregar los charcos de sangre en completo silencio.

[ ... ]

TaeHyung no se quiere levantar del suelo. No sabe si tiene frío, lo cual tendría sentido porque está semidesnudo tumbado en un suelo de roca, o si tiene calor, lo cual también tendría bastante sentido, ya que el olor a carne podrida y sangre produce un extraño aire caliente y pegajoso.

La bestia está detrás de él, lo sabe. Está sentado en el otro extremo, lejos de él. TaeHyung ya no siente preocupación, sabe que la bestia no le comerá, al menos por ahora. Sabe que si hubiese querido hacerlo ya lo hubiese hecho, sus fuerzas en esos momentos son tan nulas que perdería ante un mosquito. Es por eso que TaeHyung nunca se enfrentará a JungKook, perdería.

Hacía ya varios días que está ahí. Los primeros días no se preguntó cómo había acabado ahí, sabía que alguien le había arrojado, pero no había pensaba en el porqué él había terminado ahí. Porque no otro.

No es como si su vida antes fuera mucho mejor, tenía todo lo que pedía ¿Pero a qué precio? En cierto modo no se podía quejar, vivía en esa asquerosa fábrica rara, llevaba ahí toda su vida sin poder hablar con nadie nunca. Excepto con el Señor Jeon claro.

Un sonido metálico se escuchó de arriba, sintió como la bestia se levantaba del suelo con ansiedad. TaeHyung se giró sobre sí mismo y miró a detrás, la bestia estaba de pie mirando hacia arriba con la boca abierta de forma rara y sus ojos pendiente de la puerta, que todavía seguía cerrada.

TaeHyung miró hacia arriba. Se escuchaba algo, pasos. Pero no entendía de que se trababa.

Antes de poder pestañear, la puerta fue abierta con rapidez dejando entrar un rayo de luz y segundos después litros y litros de agua fueron arrojados desde la superficie hacia el interior del agujero.

Y la puerta fue cerrada de nuevo.

TaeHyung no entendía nada. Estaba temblando, todavía tirado en el suelo, mientras sentía cada parte de su cuerpo desnudo congelarse debido al agua que había sido arrojada. Estaba empapado.

El agujero estaba empapado entero, el agua se había fusionado con la sangre y la suciedad del suelo y ahora había pequeños charcos.

Se alertó por completo cuando le sintió acercarse. JungKook se acercó al cuerpo tumbado en el suelo, se arrodilló a su lado. TaeHyung contuvo el aliento, las pocas veces que habían estado así de cerca se lo había intentado comer.

La bestia agarró con fuerza la mandíbula y tiró hacia abajo, abriendo la boca de TaeHyung y después abriendo la suya.

Antes de que TaeHyung reaccionara la bestia juntó sus bocas abiertas, pensó en morder su lenguaje, arrancársela. Pero sintió como empezaba a descender por su garganta un líquido, agua.

Desde que le habían arrojado ahí llevaba días sin beber, y se preguntaba como la bestia sobrevivía sin agua. Ahí estaba su repuesta, cada varios días la puerta debía abrirse y alguien arrojaría agua, era tu problema si la pillabas o no. JungKook había recogido esa agua en su boca, y ahora se la estaba dando.

Fue entonces cuando comprendió que JungKook no era humano, pasarse tantos días sin beber, comiendo comida cruda, viviendo en un agujero desde que era un bebé. Era la bestia, esa de las que tantas historias había escuchado cuando vivía arriba, esa bestia de las historias que el señor Jeon le solía contar.

「 BODY 」kookv. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora