Voces.
El pálido y desnudo cuerpo apoyado en la pared de piedra y repleta de musgo frente a él todavía le hacía temblar. ¿Segundos, minutos, horas? ¿Cuándo tiempo había pasado desde que ese grito provocó un horrendo dolor en los oídos de JungKook?
Mucho, pensó.
Desde que la bestia había intentado devorar el cuerpo que había sido arrojado para él y este había gritado de una manera desgarradora ante la mordida en su brazo, nada más había pasado. El hecho de que nada pasara le hacía sentir tranquilo, en paz si es que eso era posible, él no era un ser acostumbrado a que nada pasara. El cuerpo permanecía quieto e inmóvil antes los oscuros ojos del otro, quien todavía tenía presente en sus oídos el dolor causado por aquella voz, tan desgarradora y viva que se sintió fuera de este mundo.
Lo único que había escuchado durante años era el maravilloso y seco sonido de los trozos de carne que caían en el suelo, y de vez en cuando oía leves voces arriba, pero no lograba ni deseaba entender lo que decían. Aquel grito era el único sonido que JungKook había escuchado después de años, y eso había tenido consecuencias. Su estómago seguía hambriento, pero el dolor le había quitado un poco el apetito. Podía esperar, pensó.
También pensó que era muy obvio que un cuerpo tan grande fuese así de fácil para él. Un limpio y sano cuerpo no podía ser comido tan fácil, algo de dificultad habría.
Pasaron horas, horas y más horas, y cuando JungKook sintió que él hambre era demasiado, quitó sus manos de sus orejas y miró el lugar donde estaba el cuerpo. Todo estaba muy oscuro, como siempre, pero gracias a ese tenue luz que ejercía desde esa especia de cacharro, los ojos oscuros del chico eran capaces de visualizar que ese cuerpo llevaba sin moverse horas.
Se acercó lentamente, no tenía miedo en lo absoluto. Sus afiladas y largas uñas no eran nada contra esos largos y delicados dedos con esas pequeñas y limpias uñas. Cuando su mano agarró el brazo de aquel cuerpo se puso algo rígido ante la suavidad y frialdad de este, los trozos lanzados solían estar fríos, pero como JungKook los devoraba con prisa la sangre hacía una combinación caliente en su boca junto a la carne.
Cuando sus uñas empezaron a hundirse suavemente en la blanquecina piel y su boca estaba lista para morder, experimentó algo que no recordaba haber sentido en mucho tiempo: la duda. Él no era así, ese no era su estilo habitual, y se sentía ajeno a la indecisión. No podía permitirse despedazar tan exquisito manjar como solía hacerlo con sus viejas comidas.
Con brusquedad agarró el brazo, haciendo pequeños arañazos de los cuales empezaron a emanar sangre. Luego le dio la vuelta al cuerpo, dejándolo boca arriba. Observó deliberando que parte comería ahora y cuáles reservaría para los siguientes días.
Observó los delgados brazos frente a él, arañados y heridos por su culpa. Junto a la mordedura, observó un blanquecino pecho y dos pequeños botones rojos en ellos.
Prosiguió observando y miró las blancas y delgadas piernas adornadas con algunos moretones, y observó lo que había entre ambas piernas, eso lo conocía, la única parte que JungKook sabía que él también poseía.
Se detuvo en el rostro, unos ojos cerrados y casi cubiertos por un cabello rubio y unos labios cerrados en línea recta, una nariz ancha y unos puntos negros raros que había encima de su labio y por otras zonas del cuerpo. JungKook frunció su ceño extrañado ante esto y rascó con su larga y afilada uña los lunares que para él resultaban tan extraños y desconocidos, causando pequeños arañazos en las zonas seleccionadas por su uña.
ESTÁS LEYENDO
「 BODY 」kookv.
FanfictionJungKook es una bestia, un horrible monstruo. Es ese el motivo por el cual vive un un sucio agujero bajo tierra, agujero el cual solo se abre en la superficie para dejar caer su alimento, partes de cuerpos humanos. Pero JungKook no esperaba que uno...