Capitulo 16

2.3K 131 7
                                    

Cyra

Aún sentada en su regazo, trace con mi dedo su estructurada mandíbula. Su piel es tan suave aunque tuviera un barba incipiente.

Debajo de mi sentía su gran dureza y eso inició una brecha de fuego en mi cuerpo. Tenía las hormonas muy elevadas en estos momentos.

Lo siento modelo de Calvin Klein, esta vez yo llevaré las riendas.

—Esta vez seré yo la que te haré él amor tan duro que no podrás ni levantarte—sonreí con suficiencia al recordar ese día en el que Uriel me dijo exactamente lo mismo en ese club nocturno.

Pasaron varios años, pero nuestros cuerpos aún se moldeaban a la perfección. Es como si estuvieran destinados a estar compaginados a pesar de la distancia.

Miré su nuez de adán subir y bajar, y supe que él también recordó ese día, ahora que su memoria está siendo devuelta.

Tire con suavidad su cuerpo en la cama y puse todo mi peso encima de él.

Uriel inmediatamente puso su mano en mi espalda baja y comenzó a descender hacia mi trasero.

—Por estas cosas me enamorado de ti, pequeña. Eres tan impredecible...y eso es tan jodidamente caliente—dijo lo ultimo con un tono ronco y profundo.

Omití lo que dijo y me acerqué a sus labios a punto de besarle. Retándole con la mirada, para ver quien se lanzaba a besar antes al otro.

Se perfectamente que el no podrá aguantar ni dos segundos, por la forma tan desesperada que se mordía sus labios y su piercing.

El acepto mi reto pero va a perder.

—Vas a perder modelo de Calvin Klein, así que bésame.

—Quiero que me beses tu, medio metro.

Joder...

Voy a perder.

Sus esferas azules se dilataron tanto que podría ver hasta mi reflejo, y es como si me incitaba a hacerlo yo. Baje mi mirada y sus labios estaban rojos y remojados...

A la mierda el reto.

Le cogí su rostro con mis dos manos y comencé a besarle como si fuera la primera vez que lo besaba.

Mis labios besaban, mordían, lamían todo de su boca y él seguía mi ritmo cosa que hacia la situación más caliente. De vez en cuando nuestros labios se separaban con ese sonido de "plop" y el me sonreía de una forma ladeada y sexy.

Hundí mi mano su cabello rubio alborotado y comencé a balancearme encima de él, de su polla.

—Joder...—subió mi camisón hasta mis costillas y se quedó sin aliento al notar que no llevaba mi tanga.

Hoy justamente me dio pereza ponerme mi ropa interior.

Ups...

Yo que iba a saber que Uriel y yo nos reconciliaríamos.

Su gran mano descendió hasta la raja de mi trasero. Mi piel se puso en llamas al sentir su dedo en mi clítoris.

Aumenté mis círculos encima de su polla al sentir sus dedos pellizcar mi clítoris hinchado.

—¡Uriel!...—gemí y lo más probable es que se escucharía por fuera de las paredes de la habitación.

Metió dos dedos en mis interior y mi cuerpo comenzó a temblar. Los metió tan profundo que podía sentir hasta sus anillos.

Con la otra mano cogió mi cuello con delicadeza.

¿Es que acaso tiene un fetiche con cogerme del cuello?. Pensé.

Vida en fuego © [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora