ESPECIAL HALLOWEEN

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Uriel Atakul

HALLOWEEN

Definitivamente era una mala idea ver una película de terror con las gemelas y mi pequeña.

Menos mal que Teodora y mamá se fueron de viaje a Paris, de lo contrario mis tímpanos iban a explotar de tantos gritos.

Ya suficiente tengo con los gritos de Elena y Emma.

Mi pequeña no grita, pero sí que es verdad que utiliza mi cuerpo para "protegerse". Y no me quejo en absoluto, porqué puedo sentir sus pechos aplastarse contra mis brazos. Se puede decir que estoy aprovechando la situación de su vulnerabilidad.

En estos precisos momentos mi pequeña está enterrando su rostro en mi cuello. Mientras tanto Elena y Emma se están tapando con la manta para no ver una escena en concreto.

No es para tanto...

—¡Corre te va a matar!—grito mi pequeña hacía la televisión como si el actor pudiera escucharla.

—AHHHHHHHHHHHH—Elena y Emma gritaron a la vez, al ver que el asesino está a punto de atrapar al chico en un pasillo.

—Era idea vuestra, ahora asumir las consecuencias—me encogí de hombros y me tapé la boca para no reírme.

Cyra mi dedicó una de sus mejores miradas asesinas, que sin duda alguna, si las miradas mataran yo ya estaría bajo tierra.

—¿Uriel hoy quieres dormir en el sofá?

¿Que?

No, no.

El sofá es muy incómodo, y se que mi pequeña es capaz de mandarme a dormir allí si sigo enfadándola.

—Quería decir, que la idea de ver películas de terror era buena solo que la elección de la película no ha sido del todo acer...

Me calle de golpe al sentir mi pequeña darme un golpe en el brazo.

—Auch...—sobe mi brazo dolorido.

Algún día me quedaré sin brazo.

—Papá ya no somos pequeñas—Elena rodó sus ojos con exageración.—Además es Halloween, y sin películas de terror...

—No es Halloween—continúo la frase Emma con una sonrisa feliz.

Todos comenzamos a reírnos, pero nos detuvimos al escuchar el timbre de casa sonar.

—Llegó la hora de "truco o trato"—dijo mi pequeña esbozando una pequeña sonrisa divertida.—¿Quieres abrir tu la puerta?

Asentí y le di un beso en la nariz.

Me encamine hacia la puerta y al abrirla, me encontré con dos niños y una niña que son de nuestro vecindario.

Cada uno de ellos iba disfrazado de diferente manera, y eso me causó ternura.

La niña iba disfrazada de bruja, el niño 1 de frankenstein y el niño 2 de Batman.

—¡Truco o trato!—dijeron a la vez, mientras me acercaban sus bolsas de caramelos y dulces hacia mi.

—Darme un segundo—les sonreí genuinamente.

Ellos asintieron.

Cogí un puño de caramelos en mi mano y volví hacia ellos. Me puse de cuclillas y puse en cada bolsa una cantidad de dulces.

—¡Gracias!—sus caras se iluminaron de felicidad y luego fueron corriendo hacia otra casa para pedir dulces.

Observando el vecindario, todas las casas estaban decoradas con calabazas, esqueletos, arañas...Entre otras cosas para dar ambiente de Halloween.

Bajo la luz de la luna todas las casas daban miedo con esas decoraciones, incluida la nuestra. Que se empeñaron en decorarla las gemelas y mi pequeña.

Y la verdad es que quedo demasiado terrorífica.

Un premio para mis chicas.

Entre de vuelta hacia dentro, y escuché pasos bajando de las escaleras.

Era Angelo con su disfraz de hombre esqueleto o Angel de la muerte. No estoy seguro.

Yo creo que se inspiró en Evan Peters de la serie American Horror Story tiene más lógica.

—Me voy con mis amigos a una fiesta, no me esperéis a la cena.

Mi pequeña desde el salón giró su cabeza hacia Angelo.

—Antes que nada, ¿de que vas disfrazado?

—Mírate American Horror Story y lo entenderás mamá—suspiro con desgana.—¿Ahora puedo irme?

—Claro que no, aún no he acabado cariño.

Cyra se levantó del salón y se dirigió hacia nosotros que estábamos al lado de la puerta de casa.

—Pequeña, déjalo. Ya es lo suficiente mayor para saber lo que tiene que hacer.

Y otra vez me dedicó una mirada asesina.

Uriel si no quieres dormir en el sofá mejor no le hagas enfadar.

—Gracias papá—me abrazo y luego abrió la puerta para marcharse pero mi pequeña lo detuvo.

—No tan rápido. ¿Ada irá contigo también? La verdad es que me quedo más tranquila cuando esta contigo.

—¿Porqué? A caso es mi madre—tocó la puente de su nariz.—Mira mamá, se que te preocupas por mi, pero ya soy mayor de edad puedo asumir mis responsabilidades.

Mi pequeña suspiro.

—No, pero es tu mejor amiga.—observe a Angelo como se revolvía el pelo con frustración. Algo pasa entre ellos y no quiere decirlo.—Está bien puedes ir, pero nada de alcohol. ¿Queda claro?

Angelo asintió sin rechistar y luego le dio dos besos en la mejilla.

—No te olvides de usar protección—le guiñe el ojo.

—Papá, no empieces.—Angelo me miró con cara de "no sigas más por favor"

—A tu edad tenia a muchas chicas a mis pies y siempre usaba protección, aunque no te voy a mentir tuve una excepción con tu ma...—no termine mi frase al sentir un golpe en mi brazo.

De mi pequeña para ser más concretos.

—Porqué te olvidaste idiota.

Comencé a reírme a carcajadas.

—No quiero saber que paso después, así que me voy. Os quiero—nos dijo para ambos.—Adiós.

—Nosotros también te queremos—dijimos mi pequeña y yo a la vez.

Abrió la puerta por segunda vez y salió. Y mi pequeña fue detrás de él para seguramente decirle otra cosa.

—No te vas a escapar de mi, al volver me contarás que paso entre tú y Ada.

Y efectivamente le dijo algo.

Vida en fuego © [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora