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Cuando el de bata blanca termina de revisarme, una gran parte de mi desea ver a Lili levantarse y salir junto a él. No me ha dejado sola desde que me recogió del Blake, y como madre entiendo su preocupación, pero siento demasiado miedo.

—Amanda, por favor acompaña al doctor a la salida. —mierda.

Amanda, con su cara de siempre, amargada con la vida, responde con un "sígame por favor" mientras que el hombre repite por última vez que guarde reposo y que tome los medicamentos. No puedo hacer más que asentir con la cabeza y desear que, durmiendo, pueda volver a mi realidad.

—Me preocupaste mucho, amor. —Lili acomoda un mechón de mi pelo.

—Lo siento, mamá. —respondo con sinceridad por primera vez.

Tal vez Lili no es mi mamá, pero es la de Sol. Y entiendo totalmente el sentimiento de angustia.

—Tranquila, pequeña.—besa mi frente. —Iré a traerte un té, ¿está bien?

Asiento y ella sale. Tomo mi celular y tengo varios mensajes sin leer de Michel, Nina, y un número desconocido. Me da curiosidad, lo abro y no puedo evitar sonreír al ver que en el nombre dice Mateo, junto al emoji de una fresa y de un libro.

Mateo 📚🍓 

Hola, Sol. Me quedé preocupado. ¿Cómo sigues?

¿Se preocupó por mi? Que amor. Voy a contestar cuando veo que entra Ámbar con rapidez y apago el celular. Se sienta a mi costado y me mira.

—¿Cómo sigues?

—Mejor, gracias por preguntar y disculpa por el susto. —juego con mis manos nerviosa.

—No te preocupes por eso, ¿si? Lo importante es que estés bien. Mamá ya viene con algo para que tomes y las pastillas. —asiento. —Sol, Michel.. ¿qué te dijo?

—No entendí a qué se refería, solo lo encaré por "darle su merecido" a Mateo. ¿Sabes algo? —ella niega con rapidez.

—No pasaron a golpes, eso te aseguro. Michel no puede volver a meterse en problemas en la escuela, sino lo expulsan. —me sorprende oír eso del novio. ¿Acaso era un fuckboy? Que malos gustos, Sol.

Asiento de nuevo y Ámbar dirige la mirada a la puerta. Mi hermana se levanta con rapidez al ver a mamá entrar.

—Ambi, ¿qué te dije de molestar a tu hermana?

—Solo me acompañaba, mamá. —respondo yo, ella no dice nada.

—Ámbar, amor, tu hermana ahora mismo está delicada de salud, tú misma lo has visto. ¿Podrías esperarme afuera un momento, por favor? —dice ella dejando una bandeja al costado mío, ignorando mi último comentario.

—Claro, mamá. —responde Ámbar algo desanimada. Aquí hay algo raro.

La rubia sale, Lili se me acerca.

—Toma el té, cariño. Ahí están tus pastillas, y unas galletitas por si quieres comer algo.

—Gracias, mamá.

Lili acomoda la colcha, vuelve a besar mi frente y sale del cuarto. Escucho que habla con Ámbar, aunque no se entiende mucho lo que dicen. Lo único que entiendo es que Ámbar pregunta por algo y Lili dice que después. Nota mental, interrogar a mi hermana al respecto.

Tomo las pastillas y té, y he de decir que estas galletas no saben tan mal como esperaba. Pasos alejándose, otros pasos acercándose y una voz que no reconozco, que es de hombre.

¿Acaso es Bernie?

Un escalofrío recorre mi cuerpo y siento pánico, nunca lo conocí. ¿Se llevaba bien con mamá? ¿Con Ámbar, con Sharon?

Se abre la puerta de mi cuarto y entra Ámbar seguida de Lili y la otra persona. Mi hermana está abrazada a él, así que asumo que es papá.

—Sol, cariño. —se acerca y me abraza.

Hay algo en él que no me da miedo. Que me transmite calidez, paz. Correspondo y creo que por primera vez me siento sin miedo ante esta familia.

—¿Cómo te sientes, princesa? Ambi me contó lo que sucedió.

—Mejor, papá.

—¿Y si la dejamos descansar un rato, amor? El médico pidió reposo. —Aquí Lili es bastante rara. Suena preocupada, incluso desesperada. ¿Tiene miedo?

¿Qué tiene Lili con querer alejarme de lo que vendría a ser mi familia? Primero anda alejando a Ámbar y la noté ligeramente tensa al yo abrazar a Bernie.

—Tu madre tiene razón, cariño. ¿Te parece si descansas un rato? —se parece tanto a Miguel...

—Está bien, ¿vienes a verme más tarde? —pregunto como niña pequeña, él sonríe y me despeina con suavidad.

—Claro que sí, amor, no dudes de eso. —besa mi frente. Me recuesto y me tapa con la manta de colores. —Descansa, pequeña.

—Gracias pa.

Ámbar se acerca a Bernie cuando se aleja de mí y salen, siendo Lili la última en despedirse con la mano, apagar la luz y salir de mi habitación. No puedo evitar sentir cierta tranquilidad al sentir que Bernie está aquí. Pero hay algo en medio de todo, que involucra a mi hermana y mis padres, y tengo que averiguar qué es.

A todo esto, tomo mi celular antes de dormirme e intento desbloquear con la clave. Había encontrado ciertas anotaciones de fechas importantes para Sol.

Pruebo con 240605. Mi fecha de nacimiento. Error. Suspiro y dejo el celular en la mesita de noche. Al parecer Sol no piensa tanto en sí misma, o hay otra fecha que ha marcado más en su vida, y tengo que averiguarla. 

Donde alguna vez hubo fuego -Luna ValenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora