Donde alguna vez hubo fuego -Luna Valente

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Patines.

¿Patines?

Parpadeo hasta darme cuenta que frente a mí hay una tienda enorme que dice "Roller Store" que tiene infinidad de patines. Espera, ¿dónde estoy?

Miro a mi alrededor, esto tiene que ser un centro comercial; sino, definitivamente estoy enloqueciendo.

No aparto la mirada porque intento aún entender cómo aparecí aquí. Y el porqué de eso. No estaría aquí por nada.. ¿o si?

Los patines que estoy mirando son color violeta, pero bien encendido, con detalles en plateado y las ruedas color perla. Logro verme en el reflejo del vidrio, traigo una falda jean azul y un polo blanco grueso manga larga; unas botas crema blancas y.. ¿aros?

Me quito los aretes con rapidez y niego. Estas cosas podrían bien ser una pulsera, que horror.

—¡Sol! —volteo y Ámbar se acerca; ella trae unos pantalones negros y una blusa azul —¿Vamos? Mamá pensó que ibas tras nosotros.

—¿Vamos a..? —rezo mentalmente para que complete la oración, estoy demasiado confundida.

—Tenemos que ir por los vestidos, la cena es más tarde. —Cierto, la sorpresa de Lili. Me toma de la mano y comenzamos a caminar. —¿Te distrajiste con los patines?

—La verdad es que sí. —admito.

—Bueno, por fín te interesa otro par, esos rosados que tienes están completamente destrozados. —¿ah, si?

—Pero-

—Ahí estás. —paramos y papá, Sharon y Lili se nos acercan.

—Perdón, me distraje.

—Entren, las están esperando. —Los miro confundida y Ámbar me jala dentro de la tienda.

Es.. es enorme. Grande. Gigante.

Gigante le queda pequeño a este lugar.

Es una tienda preciosa, llena de vestidos por cada rincón. Había los más grandes, extravagantes, brillosos, cortos, largos, simples hasta los que a vista parecían tener diamantes.

—¿Listas, señoritas? —volteo al ver que una chica castaña se nos acercó.

—Sí.

—¿Tú eres la cumpleañera? —Una chica pelinegra se nos acerca, señalando a Ámbar. Ella asiente, emocionada.

—Me llamo Melissa, estaré contigo Ámbar. —dice la primera chica.

—Yo soy Alba, tú eres Sol, ¿cierto? —asiento. Volteo para ver a Ámbar y veo que ya se perdieron en los pasillos. Alba ríe al verme tan confundida. —Tranquila, se irán a buscar un vestido para tu hermana. Pero también tenemos que ver uno para tí.

—Pero es su cumpleaños, no el mío. —la sigo, comenzamos a caminar.

—La señora Lili dijo que irían a una cena hoy, y que tendrían hoy para encontrar algo que ponerse.

—¿Entonces tengo que escoger un vestido? —ella asiente sonriendo.

—Hemos acompañado a la familia Benson por años, desde que la señora Lili era una pequeña niña junto a su hermana hasta ahora, que tenemos la oportunidad de volverlas a ver. ¿Recuerdas que aquí encontraste tu vestido de quince años?

¿Tuve fiesta de quince?

Más gente me conoce, no sé si es bueno o malo.

—Si, claro. —llegamos a una sección de vestidos cortos.