07. O ídos sordo a personas groseras

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—Madre mía ¡El editor Wilmer nos va a matar! —Repite Lyana mientras me trata con rudeza la herida de la mano

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—Madre mía ¡El editor Wilmer nos va a matar! —Repite Lyana mientras me trata con rudeza la herida de la mano

—¡Ay! —Reacciono y quito la mano derecha de su poder, ya que me estaba haciendo daño—. Sé que estas nerviosa, pero cuidado, me duele más a mí que a ti.

Mi amiga se sienta en el piso y respira con profundidad para calmarse, como si conectara con un ser del más allá para buscar respuesta a sus problemas y cuando lo hace, abre los ojos para mirarme

—Eres un artista —Comienza con tranquilidad—. Literal tus manos es lo más preciado para ejercer tu arte... —La tranquilidad dura muy poco cuando noto que se lleva las manos a la cabeza mientras expresa con desesperación— que semejante herida ocurrió en mi casa... ¡Y tan pocos días de la actualización! ¡Es que me van a joder en grande!

—Respira hondo Lya, no vayas hacia la luz. —Le pido mientras observo cómo entra en caos—. Terminé la tanda ayer, y el editor Wilmer no tiene porqué enterarse de que me hice daño ¿Vale?

Noto como en sus ojos de forman lágrimas que se niegan a salir, sin embargo, parece estar más tranquila que antes

—Que alivio...

Parece que se relaja considerablemente por mis palabras, luego, me pide disculpas por su comportamiento

—Y... —divaga—. ¿Cómo te hiciste esto? ¿Valerian hizo algo o...?

Valerian... Ese nombre lo he oído antes... ¿Dónde habrá si...

Caigo en cuenta.

Oh por Dios ¡¿Cómo lo he olvidado?! ¡Si se la pasa hablando todo el día de su novio!

Valerian, es su novio.

—Me caí, tu novio no me hizo nada. —Respondo sin decir la completa verdad y es que tampoco sabía muy bien que ocurrió hace minutos—. Fui algo torpe con las flores que te dejaron en la empresa... creo.

—¿Flores? —Cuestiona extrañada—. ¿Fue la señorita Teddy?

Asiento con la cabeza aguantando el dolor en mi mano.

—No tenías que traerla, yo iba en camino para allá ¿Es tu día libre?... —asiento y ella me observa con preocupación—. ¿Te duele algo más?

—Caí encima de mi muñeca, aunque solo duele un poco —sonrío para que no se preocupe, aunque realmente no podía moverla, ella asiente y saca otra cosa del botiquín.

Miro a mi alrededor mientras tanto, su departamento es muy limpio y bonito, me pregunto donde sacará el tiempo para limpiar con todo el trabajo que tiene encima. Giro mi cabeza y noto que la puerta principal sigue abierta, pero no me percato del chico engripado que estaba por aquí.

—Así que ese es el famoso Valerian...—susurro

—Ya lo conociste, aunque no de muy buena forma, déjame y te lo presento como se debe, debería estar por... —Mira hacia todos lados buscándolo y frunce el ceño cuando no lo ve

Inocentemente BrutalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora