16. N o sé que carajos quiere de mí.

31 6 6
                                    

Pov Sebas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pov Sebas.

—¿Puedo hacerlo?

Me quedo demasiado quieto, tratando de mantener la calma

—No soy Lyana. —Le aclaro, porque debe estar alucinando ¿Habrá ingerido alguna droga? Sacudo ligeramente la cabeza para dejar pasar esto y entrar de una vez por todas al departamento —. Debemos ir dentr...

—Lo sé —Me reprocha con la mirada—. Sé que no eres ella.

Abro la boca para responder, pero de ella no consigue salir palabra alguna

Veo a Valerian sonreír y me causa escalofríos en la forma en que lo hace.

—Te he buscado por toda la eternidad—Intenta tomar mi rostro, pero me hago a un lado, él hace una mueca de dolor por mi acción—. Sólo así puedo estar a sola contigo, cuando el humano no está

—¿Humano?

A parte de tonto ¿Esquizofrénico?

—Ese tonto solo se dedica alejarte cuando en realidad... —. Y se detiene para aguantar una arcada

Bendito seas.

—NONONONO —Le tapo la boca con firmeza ya que, si vomitaba, lo haría en cima de mi—. Respira, respira, no lo dejes salir

Otra arcada y en esa sí se aleja completamente de mi para abrir la puerta y salir del auto con rapidez

—Carajo. —Me digo a mi mismo antes de salir, cerrar el carro y reunirme con él casi en el suelo, al menos, aún no había vomitado

—Mierda... —Comenta sentándose de plano en el piso cuando se calma

—No digas groserías.

—Jodida Mierda... —Volteo los ojos y lo ayudo a levantarse, hoy me había ganado todas las medallas por ayudar a un vagabundo—. Yo creo poder caminar, solo estoy algo mareado

—Vale —Le respondo—. Entonces camina tu solo al piso.

Doy unos pasos hacia adelante, pero me detiene con la mano, hago por hecho que no me afecta el fuego que emana de su cuerpo, desde que me abrazó volvió activarse dicho fenómeno, como si me alertara cada toque.

—Tómame de la mano

—¿Perdón?

—Para no caerme —Explica. Hace un puchero mientras mantiene su fuerza en mi muñeca, suspiro con profundidad antes de caminar directo al edificio con un pegoste detrás de mí

El elevador abre con normalidad y me adentro junto con mi compañero de piso, sin necesidad de entrar en otra conversación innecesaria.

Después de todo, al dejarlo sano en el piso ya cumpliría mi misión de traerlo a salvo y solo eso bastaba. Además, luego de escuchar todo lo que dijo en el auto, me había quitado las ganas de seguir hablando con él en ese estado; muchas personas dicen que los borrachos dicen la verdad pero este pareciera venir con un extraño defecto

Inocentemente BrutalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora