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El joven observaba atentamente a la chica que utilizaría como cebo para acercarse más al enemigo. La hermosa joven hacía un pedido en una humilde cafetería, no tan aglomerada. Decidió acercarse disimuladamente, escuchando con atención qué se le ofrecía.

—Por favor, un café corto— expresa educadamente.

—Pediré lo mismo— se acerca.

Ella gira en su lugar, buscando al responsable del pedido, y terminó encontrándose con un hombre esbelto de tez blanca, que poseía además, una mirada penetrante, más una expresión seria pero sin intenciones de intimidación.

Este sonrió levemente cuando la joven lo analizó en detalle, fijándose también en el físico de la fémina. Una mujer delgada, de tez pálida, luceros oscuros y expresión temerosa, pero no niega que sus cualidades físicas que poseía la hacían ver sencillamente hermosa. Pese a eso,

No estaba ahí para fijarse en una chica.

¿Qué ocurre?— cuestiona, dándole un pequeño susto a la chica.

—Nada, sólo..— tartamudeaba, sin saber qué expresar.

—Tranquila— miró hacia la barra de pedidos— ya trajeron tu orden— indica, sin alejar su mirada seria.

La chica giró nuevamente, tomando en sus manos su pedido y agradeció con una reverencia. Ya decidida a caminar hacia alguna mesa del lugar, el mayor la detuvo.

—Espera.

Voltea para verlo confundida.

—¿Qué?

—Hablemos— sugiere, haciendo que la chica casi se ahogara.

—¿Por qué?

—¿No quieres?— cuestiona ofendido y vuelve su mirada hacia la barra, esperando su café— está bien, ve a sentarte.

Lo pensó una vez más, confirmando que no tenía nada que perder por hablar con un extraño que le parecía muy serio e interesante, aparte de bien parecido y pulcro. No tenía apariencia de delincuente, ni nada de eso, parecía más bien alguien proveniente de alguna otra parte de país que visitaba Busan.

—Está bien— corrige, haciendo que el pelinegro sonriera victorioso –sin que ella lo viera–, inmediatamente volvió a su mirada seria. Giró hacia ella.

—¿El qué?

—Te esperaré.

Asiente y toma su pedido una vez listo. Caminan juntos hacia una mesa, casi al final del lugar.

La pelinegra no pudo evitar sentirse intimidada cada vez que intentaba conectar sus ojos con los del mayor, por lo cual rápidamente la desviaba e intentaba entretenerse en algo más.

En cambio, el pelinegro se divertía de cierta manera intimidando a la joven. Sentando frente a ella, decide relajarse en su lugar y colocar una mano sobre la mesa que compartían.

—¿Me tienes miedo?

Se ganó toda la atención de la chica con su pregunta tan inesperada y confusa.

—¿Por qué me pregunta eso?— lleva a sus labios el café, mientras evita a toda costa el contacto visual.

—No puedes ni mirarme.

—No estoy acostumbrada al contacto visual— contesta con sinceridad.

—¿Por qué me tratas con tanto respeto?

—¿Por qué quiere hablar conmigo?— cambia el tema, sintiendo mucha curiosidad.

El joven alza una ceja.

—¿Por qué aceptaste?— contraataca.

Dejó sin palabras a la chica, pues verdaderamente no supo cómo responder a su cuestión.

—No respondió mi pregunta, joven.

—Ni tú la mía, joven.

La fémina traga en seco, intentando alejar sus nervios, los cuales aumentaban cada vez más.

—Y ya deja de tratarme como si fuera diez años mayor que tú— pide.

—¿Cómo quieres que te llame?

—Por mi nombre, obviamente.

Carraspeó, no estando de acuerdo con su idea.

—Creo que la confianza no es suficiente..

Él liberó una carcajada un poco falsa.

—Las personas de hoy en día se acuestan juntos sin conocerse, creo que lo mínimo que puedes hacer es decirme tu nombre, no soy un asesino.

—Eso no lo sé porque no lo conozco— contraataca, negándose a revelar su identidad.

—Entonces, conozcámonos— se levantó de su lugar, ganándose la mirada atenta de su acompañante, luego de haber terminado su café y estiró su mano derecha— Jeon Jungkook, para servirte.

La pequeña chica, no tan segura de lo que estaba a punto de hacer, tomó un hondo respiro e imitó la acción del chico, dándole un leve apretón a su mano al unirlas con la suya.

—Seo Yeji.

Sonrió con satisfacción al ver cómo había caído rápidamente, dándole ese pequeño detalle, el cual aclaró completamente su duda.

Este era sólo el paso para quedar más cerca del enemigo.

Stay Alive |전정국| ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora