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Hyung-sik, al ver a su enamorada en la foto, no pudo evitar sentirse extremadamente celoso y preocupado, por lo que responde.

“Déjala en paz.”

Jungkook sonríe victorioso.

“Créeme, ella me prefiere a mí, no tienes cómo conquistarla.”

Yeji frunce el ceño, no pudo evitar sentirse extrañada al ver a Jungkook sonreírle al celular.

—¿Ya te estás volviendo loco?— indaga, llamando la atención del varón.

—Hay que sonreír de vez en cuando, Yeji.

—Bueno, tú nunca sonríes.

—Sí lo hago— apaga su celular y observa al enemigo desde arriba— sólo cuando algo sale bien.

—¿Y... qué salió bien?

Él regresa su mirada hacia la chica, y resta importancia.

—No importa— se levanta— vámonos.

—¿Cómo? No hemos pedido nada.

—Venga ya, cocino mejor de lo que lo hacen aquí, sólo vámonos— pide, sin cambiar su tono de voz a uno de insistencia.

La pelinegra rueda los ojos y se levanta de igual forma, complaciendo al varón.

—Vamos.

• 살아있어 •

Llegando a casa del pelinegro, la joven enciende su celular, encontrándose con numerosos mensajes de su mejor amiga; todos relacionados con cómo le iba en la cita.

Blanquea sus ojos, y sonríe sin poder evitarlo, para luego apagar el celular, ya le contaría después.

—Llegamos.

La voz del chico la hizo salir de su trance.

—Ya veo— afirma, observando la casa desde el vehículo.

Como todo un caballero, abre la puerta, dejando salir a la fémina.

—Gracias.

—No me agradezcas por cada cosa que haga— sonríe y sale del vehículo, ella lo sigue.

Abre la puerta, y la deja pasar primera. Toma asiento tímidamente, esperando una orden u otra cosa por su parte.

—¿Ahora qué?

—¿Quieres comer algo?— cuestiona él.

—Vale. Por favor, algo que sepas hacer bien.

—Sé hacer de todo, así que la decisión es tuya.

—Elige tú por mí, no me gusta estar en esta situación— pide, con una sonrisa nerviosa.

Él blanquea sus ojos.

—No me gusta andar rogando, así que prepararé cualquier cosa ¿ok?

—Vale— contraataca con una sonrisa mortificante.

• 살아있어 •

—Admito que tenías razón— confiesa luego de terminar de comer— eres muy bueno en lo que haces.

—Ya advertí que era bueno en todo— alardea, ganándose una rodada de ojos por parte de la fémina.

—Vanidoso, eso es lo que te falla— opina.

—Soy mucho más que un hombre vanidoso, Yeji— afirma, ganándose la atención de la mencionada— pero no me conoces.

—A mí tampoco me conoces, y te encanta sacar conclusiones de mí. Así que siento que también tengo derecho.

Él sólo le dedica una media sonrisa.

—Si tanto quieres sacar conclusiones de mí, deberías hacer un esfuerzo por entenderme.

—Eres muy cerrado, Jeon ¿Cómo hacerlo?

—No diré nada, sólo que soy una puerta cerrada.

—¿Quién es tu llave?

Él suspira al escucharla.

—Una puerta sin picaporte, que no puede ser abierta, por más que se intente arduamente— explica.

—Podrías patear la puerta— propone burlonamente, pero hablando en serio.

—No, no— ríe levemente— no funciona así.

—No quieres que funcione así, Jungkook, pero sí podría, sólo tienes que hablar con alguien.

El pelinegro la observa extrañado, nunca se habían preocupado por él, y que alguien lo hiciera, lo hacía sentirse extraño.

—¿Por qué te preocupa tanto esto?

—¿Por qué no lo haría?

—Eres joven, inteligente, hermosa, tienes una amiga, una vida por delante..— toma aire, luego de haberlo perdido al hablar sin detenerse— en fin, puedes hacer lo que quieras ¿Por qué preocuparse por esta alma vacía?— él baja la mirada, recordando el tipo de persona que era, y comenzó a sentirse culpable por preocuparla.

Ella sonríe y hace que sus miradas vuelvan a conectarse.

—Ningún cascarón está vacío.

Sus luceros oscuros se clavaron en los cafés de la fémina. En cambio, ella no pudo evitar desviar la mirada a sus labios, quienes la tentaban a pecar.

Jungkook, al darse cuenta del deseo de la chica, acercó más sus rostros hasta complacerla, dándole un beso que comenzó suave pero continuó apasionadamente.

—Ven conmigo— indica, mientras caminan hacia su habitación. Ella se detiene, lo cual confunde al varón— ¿Qué?

—No quiero volver a vivir esa escena— niega, refiriéndose a la razón por la cual habían dejado de hablarse.

Él ríe.

Confía en mí, Yeji.

No muy confiada, caminó hasta dar con Jungkook, y la recostó sobre su cama.

Juntó nuevamente sus labios, regalándole besos exquisitos, los cuales exparció descaradamente sobre su cuello y hombros, haciéndola sentir el cielo con aquel roce tan suave y divino.

Yeji quiere disfrutar más del varón, mientras que el contrario se está planteando si llegar a algo más o no; le gusta, pero no lo suficiente. O quizás sea otro sentimiento que lo detiene. No está seguro.

Pero nuevamente, Hyung-sik golpeó su mente, recordó porqué estaban ahí, y qué quería lograr con eso. Aquel pensamiento fue suficiente para comenzar a actuar; sí, porque eso hacía desde un principio.

—¿Yeji?

—¿Sí?— suspira.

—Voy a complacerte si eso es lo que quieres.

Stay Alive |전정국| ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora