IV

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Jungkook no se encontraba preocupado por el hermano menor de su objetivo, lo habia caracterizado como un inmaduro que sólo busca ser el terror de las calles; sentía lástima por él, ya que, por andar de gracioso, podían asesinarlo.

A pesar de que Hoseok le advirtió varias veces que era peligroso, e insistió en que su plan no era algo fácil, al pelinegro no le perjudicaba en lo absoluto, no quería concentrarse en un muchacho que no tenía nada que ver con él.

Volvió a concentrarse en qué hablaría con Yeji para ser más cercano a ella, y conseguir lo que quería. Al ser un hombre inteligente, y tener infinitos encantos, no se preocupó por cuál podría ser el tema de conversación. Una persona puede conocer a otra, sin necesidad de hacer preguntas arbitrarias de su pasado o presente. Sólo charlarían, y si pudo quitarle el celular sin que ella lo notara, sería aún más fácil escucharla hablar.

• 살아있어 •

El sonido del timbre retumbó en toda la institución, llamando la atención de los estudiantes; sobre todo la de Yeji.

Inmediatamente sintió nervios. Sus manos incontrolables temblaban levemente, y apretaba sus labios observando cómo todos los presentes se levantaban para retirarse.

Tomó sus materiales y los adentró torpemente en la mochila, cuando ya no había nadie en el salón. Cuando finalmente pudo cerrarlo por completo, vió a su única amiga saliendo de su salón.

—¡Lisa!

La más baja giró el rostro, encontrándose con el de la chica que una vez llamó su atención. Con una sonrisa pícara se acercó a ella.

—¿Para qué me solicita, belleza?

—Tengo que llegar rápidamente a una cafetería, he demorado mucho en el salón— explica— ¿podrías?

—Tranquila, no están cerrando tan temprano las cafeterías— comienzan a caminar con sus miradas puestas al frente.

—He quedado con alguien.

La pelirroja se detuvo al escuchar el comentario de la pelinegra. Volteó atónita a verla.

—¿Yeji?

—Ay, no, Lisa. No es nada extraño ¿vale? Es sólo un encuentro— esquiva la conversación, caminando rápidamente, pero la contraria la alcanza.

—Vale, vale, perdón si te ofendí— se retracta inmediatamente— bien, te llevaré, pero con una condición.

Harta de la insistencia de su amiga, se detiene frente a ella y baja la mirada para verla, de manera seria.

—¿Qué?

—Oye, tu metro y setenta y dos centímetros no me intimidan— finge molestia y eleva sus talones, quedando casi a su altura, haciendo que la contraria sonriera levemente— mejor así. Bueno, la condición es que debo ver con quién quedaste.

Soltando un bufido molesta, asiente sin otra opción.

—Vale.

La pequeña sonríe y celebra en su lugar, antes de tomarle la mano y caminar hacia afuera donde estaría parqueada su motocicleta.

• 살아있어 •

Entra, buscando con la mirada al hombre que la citó. No encontró respuesta hasta observar atentamente una de las últimas mesas, justo donde se habían sentado el día en que se conocieron. Caminó hacia allí.

Stay Alive |전정국| ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora