Epilogue

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El varón comienza a perder la fuerza, siente un horrible dolor en la zona afectada de su espalda y como todo comienza a verse oscuro.

-¡Jungkook!- Yeji se arrodilla mientras lo sujeta con fuerza, evitando que su cuerpo impactara de manera dura sobre el suelo. Está desesperada, no sabe qué hacer, es algo que no veía venir aunque sabía que había una probabilidad, pero de todas formas le pareció la escena más horrible de su vida.

-Yeji..- susurra.

-¡No! ¡No! ¡Auxilio!- exclama atemorizada de perder a esa persona que tanto necesitaba. Lo abraza con fuerza y el llanto a lágrima viva se hace presente por su parte.

-No llores, estaré bien- tranquiliza en un tono apenas audible- tú, mantente con vida.

La chica está frustrada. No sabe en dónde están ubicados, su celular había rodado por alguna parte en la oscura y desolada calle que los rodeaba, temía dejarlo sólo por un momento y que sintiera cómo dejará de respirar. Ella quiere hacer algo, lo desea, pero no tiene ni la menor idea de qué debería.

Repentinamente, una luz impacta contra sus ojos, haciéndola desviar su mirada del herido hacia el auto negro que acababa de aparcarse frente a ellos.

Del mismo rápidamente se baja Hoseok, con un gorro negro sobre su cabeza que cubría su cabello. Se acerca apurado a ellos.

-Sube.

-¡No! ¡No sé quién eres!

-Soy amigo cercano de Jungkook- observa al mencionado.

Jungkook sintiéndose desubicado del mundo, alza un poco la mirada, con las pocas fuerzas que le quedaban para así ver a Hoseok, quien le dió demasiado dolor ver, pero gusto a la vez, pues era a quien necesitaba.

-Yeji.. escúchalo- suplica el pelinegro.

Ella lo observa por última vez y asiente sin tiempo que perder. El mayor carga al menor entre sus brazos y lo sube cuidadosamente. Conducen a una alta velocidad en dirección a un hospital, con la esperanza de que puedan salvar al herido.

Al menos alguien debía salir vivo de esto.

• 살아있어 •

Habían llegado exitosamente al hospital más cercano, y lograron atender al menor en emergencias. Yeji y Hoseok se encuentran en la sala de espera, aguardando por buenas noticias del estado del menor.

La chica lloraba desconsoladamente, sentía que perder a Jungkook sería un hecho que podría marcarle su vida completa, pues extrañamente se había vuelto demasiado importante para ella.

Hoseok en cambio, mantiene sólo una expresión seria, aunque internamente esté preocupado por su pequeño. Los recuerdos de hace años atrás invaden su mente de manera desinvitada, esos días donde practicaban deportes, esas tardes que les gustaba salir a comer.

Le dolió demasiado y se sintió desesperado al ver cómo el dinero nunca era suficiente, aunque se había dedicado a la psicología, nunca pudo concluir sus estudios, pues su deber era criar al menor, y temía dejarlo sólo en algún momento, pues sus comportamientos no le resultaban normales y necesitaba ayuda todo el tiempo.

No tuvieron otra opción que comenzar a ganar dinero sucio, para así poder garantizarse una mejor vida. No iban a llegar muy lejos, o al menos esa era la intención. Pero el joven se tomó muy en serio lo de ganar dinero, y le parecía injusto que las personas se salieran con la suya cuando ellos habían trabajo de manera correcta, así que sin dudarlo ni un momento aniquilaba a los traidores. Esa reacción sorprendió demasiado al mayor, quien nunca imaginó que su pequeño e inocente muchacho fuera capaz de hacer una atrocidad y luego no arrepentirse de ello.

Stay Alive |전정국| ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora