06.

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Regulus avienta un golpe ligero con la mano abierta destinado a dar contra el rostro del menor de la casa, cansado de su estúpido tarareo.

¿Acaso no podía mantenerse 5 minutos callado? Era todo lo que pedía, 5 minutos de paz, 5 minutos sin tenerlo junto a él como si no hubieran otras personas con las cuales estar.

—Auch, eso me dolió —Harry se queja con la voz rota sobando su mejilla, donde la mano del contrario había impactado. Regulus sabía que estaba mintiendo, había medido su fuerza y se había asegurado de que apenas y se sintiera, pero Harry era demasiado dramático.

Inesperadamente la mirada de algunas personas mayores caen sobre ellos, comenzando a mirar mal al mayor y murmurar entre sí. Porque el más joven era un buen actor a pesar de todo.

—Que te jodan Potter, no seas ridículo —Regulus no está contento con la atención recibida, así que se aleja junto al mas joven a donde sus pertenencias estaban cerca del agua.

—¿Y esos buenos deseos? Yo también quiero que me jodan —se burla sin percatarse de la molestia del mayor o de las miradas ajenas.

El Black agradece que no haya dicho eso demasiado alto o las miradas se duplicarían.

—Gracioso, como si no supiera que tienes nula interacción romántica y ni hablar de la sexual —regresa con el mismo tonito. Porque ambos eran igual de ridículos para molestarse.

—Al menos es porque no pienso meterme con nadie que no valga la pena. Tú literalmente tuviste tu primera vez con una chica, ¡ni siquiera te gustan las chicas! Solo lo hiciste por presión social, patético —porque esa era la debilidad del mayor, las opiniones ajenas, la presión social.

Al final ese había sido el detonante para la relación que tenían ahora.

—No debería importarte con quien tuve mi primera vez —la voz del chico suena seca y sin emoción, incluso si se encuentra un poco avergonzado de que el chico sepa aquello.

—Y a ti no debería importarte que aún no tengo la mía, ¿tan enamorado estás de mí que no puedes dejarme solo por cinco minutos?

—Desearías que alguien como yo se fijara en alguien como tú —Regulus vuelve al tono despectivo que tanto usaba en el menor, aquel con el que se sentía cómodo.

—¿Alguien como yo? —está a la defensiva, el pelinegro puede notarlo en sus hombros tensos y la tensión en su mandíbula. No lo culpa.

"Alguien tan jodidamente inseguro" puede decir para herirlo, para dejarlo callado y hacer que se aleje. Pero no lo hace. No puede usar eso. No aquello que él mismo se había encargado de sembrar en el menor.

—Alguien tan descerebrado —dice en cambio, recibiendo una mirada en blanco del chico, quien simplemente gira, despreocupado y dispuesto a dejarle estar solo.

Y repentinamente Regulus odia no poder gritarle algo más, algo que le haga rabiar y contestarle devuelta. Algo que le tenga ahí frente a él, que le dé su atención para seguir discutiendo.

No puedes lastimarlo con aquello —se repite, porque había límites entre ellos, unos que ninguno estaba dispuesto a cruzar.

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—Veo a Harry y mis problemas se reducen a la mitad, hay que llevarlo a vivir con nosotros —Lucius menciona aliviado. Narcissa no podría estar más de acuerdo, Draco se había quedado profundamente dormido luego de tan solo 10 minutos de mimos del menor de los Potter.

A ellos naturalmente les costaba horas lograr dormirlo, y eso era en los días buenos.

—Harry es bueno con los niños, la pequeña Tonks también lo adora —James comienza a explicar, recargado contra el hombro de Peter—. No se que tiene que les pone felices. Le hemos dicho que debería abrir una guardería en el mundo mágico al graduarse —apostaba que muchos padres estarían encantados de llevarlos con él.

—Nymphadora dice que huele dulce y es suavecito —Narcissa comenta, recordando a su sobrina—. Naturalmente lloran mucho cuando debe ir a Hogwarts y no lo ven —era bastante frustrante esos días en que su hijo y sobrina se encontraban de mal humor por la ausencia extrema del adolescente.

—A Regulus también lo pone feliz —Barty se burla de su mejor amigo, quien observa atentamente y casi sin parpadear como Harry también comenzaba a quedarse dormido con el niño en brazos.

En realidad Barty no está muy seguro que es lo que hay entre ambos chicos. No lo entendía y dudaba algún día entenderlo. No era normal la forma en que siempre estaban tan pendientes del otro.

No se agradaban eso era claro, siempre discutían sin poder estar de acuerdo entre ellos. Peleaban y llegaban incluso a golpes y hechizos. Les molestaba la voz del otro y hasta el tener que compartir oxígeno. Eran competitivos y probablemente ese era uno de los motivos por el cual sus notas siempre iban de la mano.

Pero tampoco podía decir que se odiaban, no realmente por más que quisieran convencerlos de que lo hacían. Había visto a Harry defender a Regulus en reiteradas ocasiones, a Regulus preocuparse cuando el otro se enferma o lesiona, incluso molestarse si alguien más se burla de él. Los ha visto desesperados por pasar demasiado tiempo sin saber del otro. Y es consciente del muro que han creado para cualquiera que intente entrometerse en su extraña relación.

Así que no lo entiende, no entiende qué hay entre ellos y ciertamente nadie lo hace. Nadie más que los mismos implicados, aunque no está muy seguro de que ellos estén seguros de lo que pasa.

—Iré a caminar —el Black menor dice, apartando la mirada del ojiverde y saliendo por la puerta delantera, sin darles siquiera una segunda mirada a los demás presentes.

Rápidamente el grupo le descarta, sabiendo cómo era el pequeño Black. Porque desafiarlo o exigir explicaciones de su parte solo crearía un conflicto.

Ojalá fuera tan fácil para Regulus descartar la imagen que ahora invadía su cabeza, porque ciertamente pensar en Harry de esa manera le enfermaba de una manera horrenda.

Incluso si no era la primera vez que tenía ese tipo de pensamientos.

Con sabor a piña colada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora