—Gracias, eres muy lindo —Harry sonríe al chico que se encuentra frente a él, tomando entre sus manos la bebida que esté le había comprado. El joven, de quien aún no sabían el nombre se marcha hacia donde sus amigos se encuentran, conforme con la reacción del ojiverde.
Regulus a su lado le mira con los labios planos en un claro disgusto, sus manos arrugando sin querer el libro que se encontraba leyendo y mirando al joven desconocido con desdén, ¿quién se creía?
No es que le interesara lo que hiciera el contrario o con quienes estuviera involucrado, pero siendo un Potter (y había que admitir lo importante que estos eran en el mundo mágico) era ridículo y un insulto a su apellido permitir tales cosas.
No tarda en señalarlo.
—Podrías comprar todo lo que hay en este lugar, incluso sus simples vidas y permites que ellos te compren algo tan simple como una bebida —no es necesario que alce la voz, Harry le escucharía incluso si lo susurraba.
El ojiverde siempre le escuchaba.
—Si lo que querías es que te consiguiera una debiste decírmelo antes —responde tranquilamente sin inmutarse, asegurándose de que su bebida no contenga nada malo antes de beber un trago.
Harry se quita la playera que llevaba puesta, quedando en su bañador y recargándose en su silla. El pelinegro evita darle una segunda mirada.
—Como si necesitará de alguien más, te recuerdo que puedo comprar mis propias bebidas sin ningún problema —dice casi sintiendo su sangre arder, como si necesitara que un rubio pálido con sonrisa de estúpido le compre una asquerosa bebida.
—Oh —Harry sonríe antes de decidir ser un idiota—, viéndolo así me corrijo entonces —se acerca al costado del contrario, rozando sus cuerpos—. Si lo que querías era ser tu quien me la comprara, debiste decírmelo —hace un puchero, molestándole.
Regulus quiere reventarle los labios.
—Maldito idiota no te me acerques, como si estuviera dispuesto a hacer algo por ti —se burla, sintiendo un poco menos de molestia ahora que discuten, ahora que la atención de Harry estaba puesta en él—. Algo bueno al menos.
—Me amas más de lo que crees, como en primer año cuan-
Regulus encaja su codo en las costillas ajenas.
—Cierra la boca, en primer año todos son idiotas, a excepción de ti, tú eres idiota siempre —habla un poco más rápido que de costumbre, sabiendo lo que el contrario casi había dicho.
—Como sea —Harry le descarta fácilmente—, ¿gustas un trago? Apuesto que puedo hacer un veneno rápido para que mueras sin que me culpen —suena a que está divagando mirando su bebida con curiosidad.
Lástima, no era su favorita.
—¿El dulce niño de oro es capaz de envenenar a alguien? —Regulus abre la boca fingiendo estar sorprendido.
—Oh, ¿es que será que el principito de las serpientes bebería algo que no le de uno de sus lacayos? —el ojiverde finge pensarlo.
—Idiota.
—¿Soy un idiota para ti, Reg? —porque si decía un apodo mínimamente tolerable tenía que ser con demasiada burla.
Los puños del pelinegro se aprietan, dispuesto a soltar uno de sus comentarios más mordaces con tal de hacer callar al menor, algo que le quede grabado por todo el día al menos.
—¿Sabes que creo? Que deber- —el sonido de pasos detiene lo que probablemente causaría que peleen a golpes ahí, frente a todas esas personas. Regulus lo recuerda entonces, que Draco está allí y es pequeño, no puede traumatizarlo al golpear a su persona favorita en el mundo.
—¡Hardy! ¡Harry! —el pequeño rubio salta a los brazos del ojiverde—. Nadar Harry, agua —pide señalando el mar con ojitos brillantes en emoción, abrazándose a su cuello.
—Por supuesto mi amor, ¿tienes tu salvavidas? —pregunta, dejando la bebida a un lado y cargando de mejor manera al niño.
—Papi —apunta detrás de ellos, donde el hombre rubio sostenía el artefacto listo para colocar.
Regulus observa en silencio cómo ambos caminan hacia las olas, prueba de las horas que estarían allí. Siente que respira con mayor tranquilidad, feliz de poder descansar un rato el solo sin ruidos molestos o una presencia a su lado que le haga rabiar.
Un carraspeo le saca de su fantasía.
Genial, el idiota rubio había vuelto, ¿ahora por qué motivo estúpido era?
—¿Tu amigo..?
Regulus rápidamente le corta sus palabras, una mirada de superioridad y enojo mientras le encara.
¿Harry su amigo? ¿Acaso era una broma?
—No es mi amigo y yo que tú lo pensaría dos veces antes de regalarle bebidas a cualquier desconocido que te encuentras por ahí, podrías meterte en problemas —su voz es dura, su expresión es como la de un perro receloso y para demostrar su punto vacía la bebida que le había regalo en el suelo, molesto.
¿Quien se creía para ir e interrumpir sus momentos de paz?
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—Es tensión sexual, en definitiva —James le dice a Sirius por lo bajo, quien se encuentra peinando su cabello sentado detrás de él.
Ambos descansando metros a distancia de donde sus hermanos habían estado anteriormente y observando con diversión no disimulada la escena que Regulus acababa de protagonizar.
—¿Lo dudas? —el Black resopla, aquello era obvio, lo había notado dos años atrás cuando Harry había alejado a una chica que quería conquistar a su hermano para "hacerle molestar".
—No, me agrada eso. Es divertido verlos —admite, sus hermanos eran muy distintos, tanto que si se tomaran las cosas en serio podrían funcionar—. Potter Black.
—¿Potter Black? No, es Black Potter —ahora se está burlando de su mejor amigo.
—Potter Black.
—Black Potter.
—El Potter va primero —James dice de nuevo, frunciendo el entrecejo mientras gira para mirarle.
—Suena mejor Black Potter, más autoritario —ajusta su agarre en el cuerpo contrario acercándole un poco más.
Sirius contiene el aliento.
En la posición en la que ahora se encontraban sería muy fácil inclinarse un poco, tomar su barbilla y besar a James, James el chico del que está enamorado, James su mejor amigo desde los 11 años, James, su James.
—Me miras como si quisieras besarme —el castaño dice besando su barbilla en forma de broma, ajeno al conflicto mental de su amigo.
"¡Porque quiero hacerlo!" Sirius quiere gritar, pero no es como que pueda hacerlo, así que se ríe y le empuja lejos juguetonamente.
Las palabras arden incluso antes de decirlas.
—No, ya es mucho con Remus y Lily, otra pareja en el grupo principal lo complicaría todo —se siente como la peor mentira que ha dicho en toda su vida. Y vaya que había dicho bastantes.
Lily y Remus eran perfectos juntos, ambos bastante perfectos por sí solos. Otra pareja solo lo haría más genial, ellos lo harían genial.
—Si... supongo que tienes razón.

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Con sabor a piña colada.
FanfictionJames y Sirius habían hecho hasta lo imposible por conseguir el permiso para pasar el verano de sus sueños. Y ni siquiera el odio mutuo que se tenían sus hermanos menores lo arruinaría. O dónde Regulus y Harry se odian y deben pasar todo un verano j...