11.

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Harry era una persona coqueta por naturaleza, incluso si no solía llegar a más de eso, un simple coqueteo.

El chico solía batir sus pestañas, sonreír con inocencia o incluso ser más atrevido y lanzar sutiles comentarios cargados de contacto físico o expresiones atractivas. No solía hacerlo con la intención de realmente coquetear, pero lo hacía.

Regulus lo sabía, no porque Harry lo haya implementado en el, sino porque había sido testigo más de una vez de cómo lo usaba en otras personas, principalmente para verse inmune de problemas, diversión, o incluso conseguir algo.

Usualmente verle en aquel estado le generaba molestia y repulsión (algo falsa si era sincero). Sin embargo, sentado en una de las sillas alrededor de la gran piscina y observando cómo Harry coqueteaba con un chico con el cual jugaba a derribarse, sentía más que eso.

Sentía molestia, mucha molestia, si. Pero además también tenía un sentimiento de opresión en su pecho, le costaba respirar y para su vergüenza, le tomó algo de tiempo darse cuenta de que era dolor. Y que aquella combinación daba resultado a celos.

Estaba celoso, y triste.

Lo cual era ridículo, porque Merlin, él se había encargado de alejar a Harry y mantener aquella rivalidad todos esos años. Además que solo tenían eso, una rivalidad.

Harry no le debía nada.

Y el pensamiento de eso no calma para nada la irritante sensación en su pecho y estómago.

En medio de toda la diversión, los chicos no se dan cuenta de que se ha marchado, pero Harry lo hace.

Porque ellos siempre estaban al pendiente del otro.

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Nadie sabe qué pasó.

Tampoco saben que lo origino.

Y mucho menos que demonios sucedía con exactitud en esta ocasión.

Pero parecía que algo había explotado dentro de Regulus ese día en particular.

Siendo más específicos, una semana después de que Regulus y Harry habían hablado (discutido) por última vez, lo que les llevaba a dos semanas antes de que las vacaciones terminen.

Pero eso no era importante, lo importante era la "conversación" que los dos menores se encontraban teniendo un poco alejados de la mayoría de los chicos.

Con James y Sirius sentados tan cerca como pueden, y Remus y Peter listos para intervenir de ser necesario.

—Por lo menos no soy un bastardo egoísta que daña a todas las personas a su alrededor para sentirse bien consigo mismo —Harry echa en cara, defendiéndose del Black, quien por algún motivo había comenzado a discutir con él minutos atrás.

—Al menos no me toman por idiota impulsivo con complejo de superioridad que todos quieren utilizar para su beneficio —el Black devuelve fácilmente, su molestia bloqueando momentáneamente los pensamientos lógicos y hablando por hablar.

—Por lo menos no soy la segunda opción de todos a mi alrededor y tengo que soportar que se aburran de mí porque no tengo siquiera un gramo de personalidad  —dice, pareciendo aburrirse de discutir. O, en su defecto, luciendo como si no valiera la pena.

Repentinamente Regulus toma aire, un impulso en su interior gritando solo una cosa. Quiere lastimar a Harry, quiere que sienta lo que él está sintiendo en su interior. Todo lo que ha estado sintiendo en esos últimos días.

Y como anteriormente se vio, esta muy cegado en ese momento como para pensarlo dos veces antes de hablar.

—Al menos yo no me enamore de uno de los mejores amigos de mi hermano y tuve que ver como este salía con alguien mucho mejor que yo para luego llorar noches enteras sin parar por tener un autoestima de mierda —Regulus devuelve en un murmuro bajo pero cargado de molestia.

Es casi instantánea la manera en que ambos jóvenes junto a ellos se congelan, expectantes y sorprendidos por lo que había salido de la boca del menor de los Black.

Sin embargo, Regulus no les mira. Porque toda su atención está puesta en Harry y en lo que dijo.

No lo hice —repite mentalmente, desesperado por arreglarlo pero sin atreverse a abrir la boca y arruinarlo más.

Harry se congela, bajando su mano y sintiendo su rostro enrojecer ante la vergüenza y molestia que sentía ante la declaración. Porque no era mentira, porque no tenía idea de que Regulus supiera aquello, porque había sido una etapa difícil...
Porque se había enamorado de uno de los amigos de su hermano y había roto su corazón mientras fingía que nada sucedía.

—¿Harry? —Remus y Peter hablan a la vez, ambos sintiéndose confundidos mientras James cubre su rostro con ambas manos y Sirius niega molesto.

Demasiado lejos, Regulus había ido demasiado lejos esta vez.

El resto de los presentes solo se mantienen al margen, sin saber que había sucedido para que todos reaccionen así. Pero notando la manera en que las manos del joven temblaban y como parecía estar a nada de explotar.

Pero Harry no estaba ni cerca de explotar de la manera en que Regulus lo había hecho. No. Él explotaba de una manera diferente, él se quebraba.

El ojiverde ni siquiera les mira, manteniéndose en la misma posición y sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas con paso rápido, su respiración es rápida y hay un nudo en su estómago que le genera ganas de vomitar.

Necesita irse de allí, Harry no puede enfrentarlo, no ahora.

Así que sintiéndose un cobarde da media vuelta, ignorando a cada uno de ellos y dirigiéndose a su habitación. Con James siguiéndole apenas pudo recuperar su movilidad. Una orden silenciosa de que nadie más se acerque.

Regulus abre la boca mientras le ve desaparecer, sintiendo el golpe de culpa llenarle y negando con rapidez. No había querido decir eso, ni siquiera debería saberlo, había prometido jamás usarlo en contra del ojiverde porque sabía cómo se sentía respecto a ello.
No quería hacerle verdadero daño, no en ese momento, no ahora, no más.

No quería dañarlo más.

—Yo... —mira a su hermano, pidiendo disculpas con la mirada mientras Sirius se acerca, tomándole del brazo y jalándole hacia una de las habitaciones bajo la atenta mirada de todos, quienes se encuentran sorprendidos por el reaccionar de este—. ¡Juro que no quería echarle en cara eso!

—No, no quiero escuchar tus excusas. Es momento de que entiendas que debes madurar y dejar esa estupida rivalidad, ¿te parece gracioso? Bien, diviértete a tu manera pero sin dañar a nadie —frota sus ojos, intentando no gritar o alterarse demasiado.

—¡Harry también me hace daño! —y no lo dice solo por sus problemas en el pasado, no, Harry le estaba haciendo daño inconscientemente, y no era su culpa, no era su culpa no estar al tanto de sus sentimientos, ni siquiera el que los tuviera. Harry no tenía la culpa de su enemistad, y ni siquiera tenía el valor para aclarar aquello.

— No estamos hablando de Harry en este momento, estamos hablando de ti y que dijiste el secreto que sabías este más temía saliera a la luz —le recuerda, señalándole con su dedo índice—. Y es qué hay cosas Reg que te tienes que guardar, te amo pero sabes que Harry no te habría hecho esto.

—Yo-

—Antes era entendible porque eras- eran niños, pero ya no más Regulus, porque así como tienes edad suficiente para hacer magia, la tienes para asumir las consecuencias de tus actos —sabe que está sonando demasiado duro, pero también que es el único que le diría las cosas como eran.

Regulus necesitaba que le golpearan en la cara con la situación para entender un poco que sucedía en realidad.

—Yo no quería —dice miserablemente mientras ve a su hermano salir de la habitación, él realmente no quería, pero se sentía tan molesto.

Y ahora lo había arruinado.

Esperaba que por última vez.

Con sabor a piña colada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora