Dos días después Harry ni siquiera les dirige la palabra, evita mirarlos demasiado y actúa como un muerto viviente en la casa. Están seguros de que si fuera posible para él ni siquiera se sentaría junto a ellos en la mesa.
Cualquiera creería que esta encaprichado y molesto, pero es fácil darse cuenta de que en realidad está triste.
Bastante triste.
James en verdad quiere dejarlo pasar, restarle importancia y simplemente decirse a sí mismo que ya se le pasaría, que estaba siendo inmaduro y después entraría en razón.
Pero si Harry le dejaba de hablar incluso a Marlene era porque realmente sus emociones son demasiado fuertes, ya sea que este molesto, triste o con cualquier otro sentimiento negativo existente. Y era su pequeño hermano, ¿cómo podía dejarlo así?
Harry no era bueno lidiando con emociones negativas, no era bueno que sufriera emociones muy fuertes porque corría el riesgo de bueno, recaer un poco.
Habían intentado de todo para hacer que el chico saliera de su burbuja negativa, sin embargo nada funcionaba, y si bien tenían una ligera idea de que lograría algún cambio, no podían ir en contra de la palabra del hermano de este.
Y eso le estaba quebrando la cabeza a media casa.
Claro, solo media, ya que la otra mitad se encuentra sufriendo lo mismo con otra persona.
Regulus por otro lado anda con un humor de perros, mirándoles de forma molesta, contestando con monosílabos y evitando cualquier contacto mayor a 1 minuto. Nadie estaba seguro que era lo que había hecho que el pequeño Black se comportara así, y claramente el joven no pensaba dejar que lo descubrieran.
Siendo que lo único que sabían era que su mal humor había iniciado apenas regreso la madrugada anterior luego de escaparse sin decirles a donde iba.
Sirius estaba un poco preocupado de que hubiera sucedido algo, pero respetaba los límites que su hermano tenía, así que no invadía su privacidad.
Así que ambos menores habían comenzado con aquella actitud a la vez.
Bastante irónico el como siempre estaban conectados de alguna u otra manera.Pero si con Harry las cosas eran difíciles, con Regulus eran imposibles.
Y si bien los menores (claramente Barty no entraba en esa categoría) eran de personalidades volátiles, tener a ambos de ese modo era seriamente un problema, uno que ni siquiera los mayores podían solucionar. Era fácil cuando se molestaban entre sí, pero no cuando la molestia era ajena.
Porque nadie sabía que hacer cuando eso sucedía.
____________________
El menor de los Black juega con el control remoto en sus manos, lanzándolo y atrapándolo mientras se mantiene perdido en sus pensamientos.
La casa se encuentra casi sola. Los mayores habían decidido ir a cenar a un nuevo restaurante que descubrieron hace poco. Harry ignoró la invitación y Regulus se negó casi al instante en que se lo propusieron.
Para ambos era mejor estar así, comiendo chucherias mientras se ignoran entre ellos (lo que significa que se lanzan miradas ocasionales cuando el otro no ve) y observan una mala película de verano que por lo menos les entretiene, a fingir estar contentos con el resto de sus amigos.
Ni siquiera sería tan divertido si el otro no se encontraba cerca igual.
Sin embargo desde rato atrás Regulus no puede concentrarse en la película que se reproducía frente a ellos. A tal punto que pierde el argumento tan simple que el género solía poseer.
Pero ¿pueden culparlo? Aquella idea había estado en su cabeza desde el momento en que el problema comenzó, y había estado matándose a sí mismo para atreverse a sugerirlo.
Sentía que si no lo hacía se arrepentiría.
—Hagamos un trato bebé Potter —Regulus comienza, dejando finalmente el control a su costado y girando para mirar de frente al ojiverde.
Harry permanece en silencio largos segundos antes de aclarar su garganta para responder. Retirando sus lentes de sol para tallar sus ojos y poder enfocarlos en él.
—Te escuchó —no era la primera vez que hacían algún trato, y si debía admitirlo, siempre terminaban siendo buenos.
Regulus siente que un poco de la tensión en su cuerpo desaparece al escuchar la voz del menor.
—Te llevaré a tu concierto, y a la fiesta —comienza, notando rápidamente los ojitos contentos del contrario ante su promesa, incluso si todavía no terminaba.
Merlin, ¿por qué tenía que ser tan bonito? Regulus se está matando a sí mismo para no sonreír ante la escena frente a él.
—¿En serio? —pregunta, cauteloso.
—Si —intenta restarle importancia, como si no hubiera estado planeando aquello desde el día en que James negó su permiso. No le gustaba ver a Harry triste, no verdaderamente triste, por lo menos.
—¿Qué quieres a cambio? —pregunta, imaginándose que cosa tan complicada le pediría para algo que tanto quería.
Y si Regulus era sincero, no había pensado demasiado en lo que recibiría. Bastante común cuando se trataba de Harry.
Su "enemigo", debía aclarar.
—Que cocines por mi por el resto de vacaciones —sencillo, y en realidad conveniente, ya que si bien no era el peor haciéndolo, no le gustaba en lo más mínimo.
—Trato —Harry sonríe sin dudarlo.
Y por más que quisieran negarlo, todo el mal humor que habían estado cargando durante esos días desapareció en ese instante. Compartiendo una pequeña sonrisa sin darse cuenta.
Porque una vez más se comprobaba, que si había alguien que realmente conocía al otro, eran ellos mismos.

ESTÁS LEYENDO
Con sabor a piña colada.
FanfictionJames y Sirius habían hecho hasta lo imposible por conseguir el permiso para pasar el verano de sus sueños. Y ni siquiera el odio mutuo que se tenían sus hermanos menores lo arruinaría. O dónde Regulus y Harry se odian y deben pasar todo un verano j...