Capítulo 2: M. J

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Llevo haciendo esto casi el mismo tiempo que llevo viviendo aquí, aproximadamente hace 2 años, comencé con asesinatos simples sin premeditación, atacaba a hombres incautos, borrachos y drogados. Ellos fueron los más sencillos y los mejores, ya que, al tratarse de personas marginadas casi nunca había registro de desaparición y su expediente se marcaba como un ajuste de cuentas. También era más fácil seducirlos. Fue hace un año que comencé a planear todo con detenimiento. La víctima, los metodos de tortura e incluso como secuestrarlos.

Nunca antes había llamado a la policía porque en el fondo sabía que ellos no iban a encontrar relación en los cuerpos que he dejado por la zona. Aunque para ser sinceros, sé que eso no va a ocurrir, empecé desde julio y ni siquiera han puesto algún titular hablando sobre un asesino en las calles, así que fue buena opción marcar a los policías. Es probable que el oficial que atendió mi llamada ya empiece a sospechar sobre mí, pero tardará un tiempo antes de que me encuentre. Mientras tanto me divertire un rato por las calles.
No me gusta apresurar las cosas, pero desde que me puse en el mapa tendré que agilizar mejor mi táctica de caza. Voy dando rondines por las calles, de bar en bar, de cantina en cantina.

Dicen que no importa la víctima, siempre y cuando ésta refleje algún trauma del pasado. La verdad es que estoy a favor y en contra de esta teoría. Si bien hay algunos que se parecen a los que me atacaron, también hay quienes no tienen ninguna relación. Pero siempre escojo a quienes tienen el cabello risado y los ojos color verde, no mujeres porque son difíciles de conquistar. Los hombres, en cambio, sólo les muestras un poco la pierna y les dices que llevas tiempo sin coger y rápido caen en el juego. Cuando menos se lo esperan ya están atados en una cama. Al principio les excita, pero cuando ven todos mis instrumentos comienzan a llorar como unas malditas perras.
Todo esto me genera tanto placer que a veces grabo los asesinatos. Sólo grabó a aquellos hombres que considero atractivos, hombres musculosos de los que uno nunca creería que estarían en esta posición. El problema con eso es que cuando se trata de abandonarlos por ahí me cuesta llevarlos en los hombros. No utilizo carreta porque genera más trabajo de lo que uno piensa.

Todos los crímenes son de noche, es la mejor hora para que nadie sospeche, pero eso me deja un buen rato libre por la mañana. Yo prefiero trabajar en una librería que esta cerca de mi casa, mientras leo sobre mejores métodos de tortura puedo observar a las personas y saber quién podría ser una víctima en potencia.
Este empleo lo tengo desde hace 1 año, fue aquí donde se me ocurrió la idea después de leer todos los libros de crímenes y horrores. En la librería conocí a mi primera víctima. Un señor de 30 años que según él tenía problemas con su esposa y quería una pequeña aventura conmigo. Lo cité en el hotel San Francisco a mitad de la noche porque "ya tenía ganas", no tardó mucho para que llegará, fue fácil convencerlo para que mejor fuéramos a mi casa y de algunas cosas que al final no fue lo que él creía. Desde ese día fui buscando en otros lugares porque sabía que iban a encontrar una conexión entre la librería y los asesinatos.

Hoy fui al Marinero, un bar cabaret donde cientos de hombres urgidos van para distraerse después de una larga jornada laboral. Un buen lugar para la perfecta víctima. Sólo falta encontrar a alguien que tenga algún fetiche para "complacerlo" y sacarlo de ahí. Me lleva un par de horas antes de encontrar a alguien perfecto. 

Atte: M. J









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