Dark Ballet

Capítulo 5: Rafael.

Ya van más de dos años del incidente y un año que llegue a Tapachula. Me costó adaptarme después de lo sucedido, pero el agente Téllez fue alguien de gran apoyo para superar poco a poco mis problemas. Primero fue el alcoholismo, después mi adicción a las drogas, por último la adicción que tenía a los cabarets y lugares de mala muerte. Después de eso él se convirtió en mi padrino y mi mejor amigo.

Hoy nos tocó atender una llamada un poco convencional. A un piromaniaco se le ocurrió quemar la casa de una familia -habitantes adentro-. El olor a quemado, carne rostizada y gasolina se podrían percibir desde varios kilómetros de distancia. La columna de humo también era visible desde lejos, aunque en la madrugada el humo se confundía perfectamente con las nubes.
El cielo tomó un color gris azulado con lo que se quemó. Varios vecinos ya habían aparecido para ver el incidente -pero todos sabíamos que estaban a la espera para tomar las cosas que sobrevivieron al incendio-. El agente Téllez ya me estaba esperando en la entrada con cara de preocupación y desilusión. Tenía tiempo en no ver aquel rostro que lo único que hacía era revolverme el estómago.
-Será mejor que no entres- dijo Téllez sin verme a los ojos.
-¿Por qué?
-Hazme caso.
Esa palabra aún resonaba con fuerza. No hice caso cuando pude detenerme. No hice caso y ahora mi familia está muerta. No hice caso y ahora estoy viviendo en una ciudad que apesta peor a muerte que en la ciudad de México.
-Es mi trabajo. Debo de inspeccionar.
-Por favor, Rafael, no quieres ver esto.
-Claro que quiero, necesito verlo.
-¿Cuándo vas a entender que debes obedecer a tus superiores?
-Cuando yo me muera.
-¿Cómo tu familia?
Al escuchar eso me llene de rabia. Lo único que hizo fue asegurarme entrar en ese lugar. Alce la cinta de seguridad y fui directo a la entrada. Atrás, Téllez gritaba con gran intensidad pero no hice caso a su llamado. 
Abrí la puerta. El humo se estaba dispersado, algunos bomberos se encontraban apagando los restos del incendio. Cuando llegué a la sala encontré a una familia atada a unas sillas de madera. La escena era idéntica a la del crimen de mi familia. No hice más que salir corriendo de ese lugar, arranque la cinta a mi paso y muchas personas aprovecharon para entrar. Los policías estaban haciendo lo posible para que nadie entrará pero era casi imposible.

Mis pasos me guiaron hasta la capilla de la virgen de Guadalupe. Tomé asiento en las escaleras de la entrada esperando que abrieran la puerta. Eran las 5 AM y la misa es a las 8. El tiempo pasó tan rápido que ni yo mismo me di cuenta que ya varias personas estaban adentro y algunos me pasaban trayendo. Una sombra caminaba directo hacia mi con tranquilidad. El destello de luz me cegó por un gran rato para darme cuenta que era el padre que se dirigía hacia mi.
-Hijo mío, ¿qué te ocurre?- su voz era dulce y serena, me conformaba y me hacía sentirme como si estuviera con mi madre.
-Sólo un mal día, padre.
-Todos tenemos malos días, pero se nota que el tuyo es peor.
-Yo…- titubeo antes de responderle. ¿Era prudente hablarle al clérigo sobre lo ocurrido? - necesito algo de aire, es todo 
-Lo que tu necesitas es entrar a la misa. Vamos, estamos a punto de comenzar.
Llevaba 4 años sin entrar a la iglesia y sentía que era una falta de respeto para el Señor que yo llegará a su casa sólo cuando lo necesitaba. Al principio me guió el Padre, pero en un descuido yo salí corriendo con lágrimas en los ojos.

Me tomé el día libre y apague mi teléfono. Casi lo aventaba, pero me había costado mucho que me dolió en el alma deshacerme de el. Me fui a una cafetería cercana para beber mucho café. No iba a tirar a la basura 2 años de sobriedad por una escena. Téllez dio conmigo por obra de magia. Se sentó sin decir nada y pidió un café cargado con todo 
-Fue una rara coincidencia.- fue lo único que dijo en más de una hora.
-No existen coincidencias en la vida- respondí con veracidad y muy arrogante.
-Ya encontramos al sospechoso, fue un crimen pasional. Él ya confesó.
-Al fin hacen su trabajo.
Pedí la cuenta y deje a Téllez sentado, sólo, bebiendo su café. Me fui directo a mi casa. Lo único que hice fue tomarme un baño y dormir por varias horas (o días).

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