Epílogo: Rafael.

14 2 0
                                    

Cuando Téllez me encontró el fuego ya había consumido la mayor parte del edificio. Me encontraba en una situación de alto riesgo, de no ser por aquella familia que dio aviso a las autoridades yo no la hubiera librado.
Según lo que me contaron, la primera palabra que dije al despertar fue "ella", nadie sabía a lo que me estaba refiriendo, ni siquiera Téllez. Quería saber cómo estaba ella, si sobrevivió o si habían encontrado su cuerpo. Nadie me dio una señal, no contestaban mis preguntas. Simplemente las evadian.
Me dieron de alta después de tres semanas. No tuve ninguna lesión fuerte, sólo quemaduras de segundo grado. Cuando regrese al cuerpo policial todo mundo me recibió con aplausos, halagos y regalos. Yo sentía que no los merecía.
- Por Rafael, quien fue el único cabron que acabao con esa zorra- exclamó Juan, un viejo de 60 año que no quería jubilarse.
- Yo no termine con ella. Ella se quito la vida.
- Como haiga sido, esa infeliz ya no está con nosotros y es lo único que importa.
Me sentía incómodo. En el fondo quería que los hechos no ocurrieran de está manera. Quería que ella pudiera disfrutar de lo que hizo, del cambio que produjo. Encendió la llama y ahora el fuego estaba arrasando con todo a su paso. El primer cambio que hubo es que todos atendían las llamadas. Había más movilidad y mejor comunicación. Los casos se seguían hasta donde se podía y ninguno se le daba carpetazo, se le dejaba abierto para que alguien (en un futuro próximo) pudiera seguir.
Yo, en cambio, decidí alejarme un poco de ese lugar. Me dieron algunos días de incapacidad que yo disfrute yendome a lugares que nunca pude conocer con mi familia.

Al cabo de un año, conocí a nuevas personas. Incluso me llegue a emparejar con varias de ellas, pero en el fondo la seguía queriendo. A pesar de lo que hizo provocó algo en mi que me hacia sentir bien, ella fue mi ventana de escape. Si no fuera por ella yo no me hubiera redimido y estado en paz.
Regreso a casa. Las luces se encuentran apagadas (yo las había dejado aprendidas). Busco en todos los lados para ver si alguien se metió.
- ¿Amor?- susurro para no espantar al intruso- ¿estas ahí?- un murmullo se hace presente.
Me percató que proviene del sótano. Tomo mi arma y voy bajando las escaleras poco a poco.
- ¿Amor? ¿Eres tú?- un grito ahogado me sobresalta.
Es probable que ella se haya marchado. Que me abandonó como todo el mundo. Pero al verla en la cama, atada y sin posibilidad de salir me genera una gran paz interior que lo único que puedo hacer es quitarle la mordaza y besarla.
- Eres un animal.
- Mira quién lo dice, la que mató por placer.
- ¡Sueltame!
- ¿Para que vayas con la policía? Si sabes que te van a trapar y te quedarás ahí por el resto de tu vida.
- ¡Maldito in...
Le pongo otra vez la mordaza en la boca.
A ella le gusta mucho que le prepare de comer, su platillo favorito es el espagueti. Como es nuestro aniversario le daré el gusto de disfrutar su comida favorita.















---------------------------------------------------
¡Gracias por llegar hasta aquí! Si te gustó te agradecería que me apoyaras con una estrella, comenta y comparte. No olvides en seguirme para más contenido.

Dark BalletDonde viven las historias. Descúbrelo ahora