Dark Ballet

Capítulo 15: Rafael.

Pase todo el día revisando las noticias y periódicos. Muchos hablaban sobre ella y todos los crímenes que cometió. Se abrieron foros al respecto. Unos hablaban de cómo era un ejemplo a seguir y de la popularidad que alcanzaba en vísperas del 8M. Los retractores (que enumeraban cada uno de sus crímenes) la culpaban. Lo único que sentía era pena y remordimiento. Todo esto se pudo evitar si yo hubiera hecho mi trabajo. 
Hubo un canal que me llamó mucho la atención. Su presentadora era una mujer de tez blanca, cabello castaño claro y ojos algo rasgados. La nota empezaba con una propaganda al 8M y su apoyo que ella tenía al movimiento. Después de un rato presentó lo que sería el vídeo de Miss Jackson, un vídeo que estaba pregrabado en una especie de oficina. Primero se presentaron imágenes de sus crímenes (censuraron escenas para que nadie se sintiera mal o les diera asco), acto seguido salió ella a decir que todas las mujeres se deberían de levantar como ella. Que sentía que era una especie de redentora y que su único crimen fue ser rechazada. Su rostro no se veía con claridad, pero un haz de luz pegó en una parte de ella y la pude ver por fin. 
Quedé en estado de shock por un momento. Después de recuperar mis sentidos llame a Téllez. Al principio no respondió, pero con muchos intentos tomó el teléfono y habló.
-¿Qué ocurre?
-¿Ya vio las noticias?
-En esas andaba.
-Sé quién es.
-¿Cómo?
-Necesito refuerzos en esta dirección- escuche como agarraba un lápiz y hojas para anotar la dirección.

No quería ser el primero en llegar, así que espere a que Téllez me devolviera la llamada para saber que ya estaba ahí. La biblioteca se encontraba abierta a la hora que era. Pero no estaba Isabella adentro, sino que otra persona. A lo mejor se trataba del dueño del local u otra persona.
Entramos con una orden judicial y aquel tipo se sorprendió, miraba como todo el mundo entraba y como exploraban desechando cada uno de sus libros. Los tiraban, aplastan o pateaban, cada vez que lo hacían él mostraba un gran resentimiento. Yo fui el único que se dirigió con él para hacerle preguntas, pero al momento de verme me evitó por completo los ojos barriendome con la mirada. Sentía como el odio salía de su cuerpo y que si le daba el honor, me podría propinar un buen golpe.
-Soy el agente Rafael- le tendí la mano para saludarlo.
-Me vale un carajo quién sea. Quiero a todas estas personas fuera de mi local.
-Estamos en una investigación.
-Ya se lo dije al otro sujeto, ella se marchó hace un mes.
-¿Quién es el sujeto?
-Un tipo que decía venir de la ciudad de México.
-¿Sabe si tiene alguna dirección?
-Estos son los papeles que ella me dio, pero por favor, váyanse de mi local.
-Con gusto. Hablaré con mi superior para pagar por los daños.
Fui con Téllez para darle la información. Al enterarse de su error pidieron disculpas e hizo que todo el personal diera una cooperación para pagar por los daños.

Nos dirigimos a la colonia colinas del Rey, algo en el fondo me dice que está no es su verdadera dirección y que tal vez estamos buscando a un fantasma. Llegamos a la calle Ana de Austria, es aquí donde nos manda su ubicación pero como lo sospeche, aquí no hay nada. Sólo una casa abandonada con una pequeña sorpresa. Otro cuerpo. Llamamos a los oficiales y peritos para que hagan su trabajo mientras que nosotros maldecimos al aire por nuestro error.
-¿Qué más podemos hacer?
-Esperar.
-No me diga que irá a ese lugar.
-No me queda de otra.
-Lleve refuerzos.
-Ya le dije…- un niño me jalo del brazo para que le diera un poco de atención- ¿qué ocurre?
-Una señora me dio esto.- me tendió el sobre que yo conocía perfectamente. Sellado y estampado como de costumbre.
-¡Gracias!- se fue tan rápido me lo entregó con la agilidad que tiene un niño de su edad.
-Creo que se trata de su último mensaje.
-¿Qué dice?
Me sentía como un completo estúpido al leer cada una de sus líneas y su dedicatoria.
-Está en mi casa.
-¿Qué?
-Dice que está en mi casa. También dice que si usted o alguien más del cuerpo policial se acerca o interviene matara a su familia.- le di una fotografía que venía en el sobre- creo que estoy solo.
-¡Dios!.

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