Capítulo 7: Rafael.

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No sólo tenemos el caso del asesino,sino que también tenemos que esclarecer la muerte del candidato Acuña. No sé si se trata de buena suerte o por tratarse de una persona especial, pero en cuestión de dos días ya teníamos la cámara de seguridad, testigos, indicios y hasta algunas huellas. La magia de ser una persona importante estaba resultando mejor de lo que yo había esperado.
El jefe fue directo a mi oficina para darme todos los archivos que había recopilado en el fin de semana con algunos datos extra. Algunos de mis compañeros fueron a entrevistar a los testigos. Otros fueron a hacer el peritaje y muy pocos se quedaron en la oficina para atender las llamadas.
-Según el informe, el candidato salió de El Marinero con dos personas: un hombre y una mujer. El detalle aquí es que se fueron en su auto.
-Por lo visto no tenemos la localización del auto.
-Eso es lo que usted cree. El GPS nos manda a una vivienda no muy lejos de ahí.
-Supongo que ya fueron a visitar la casa.
-Sí, y no se encontró nada. Es una casa abandonada, los vecinos no vieron nada y además, desde que el carro fue abandonado ya no existe registro alguno que nos diga el verdadero paradero del asesino.
-No se encontró ningún instrumento, ¿verdad?
-Ninguno en ese lugar.
-¿Y las huellas?
-Se trata de otra persona desaparecida. De nombre Carlos Guerra, la familia ya fue avisada.
-Es el cuerpo que encontramos.
-Afirmativo.
Aunque teníamos información relevante nada de esto servía para avanzar un poco en la investigación. Mi mente daba vueltas por todo el lugar, revisando cada una de las habitaciones, la cámara de seguridad y los cuerpos. Nada relevante.
-La chica del vídeo, ¿saben algo sobre ella?
-Las cámaras no captaron bien su rostro, pero algo que sabemos es que ella no trabaja en ese establecimiento. Se ve que entra antes que el candidato.
-Y del tipo con el que se van.
-Ya fuimos con él, pero al parecer no recuerda nada de lo sucedido. Aún se encontraba en estado etílico cuando llegamos, y eso que es lunes.
-Otra vez quedamos en 0.
-No se precipite, Rafael. Aún tenemos esperanzas de saber más sobre este tipo.
-Al menos que maté a alguien más y nos deje conocer un poco su método.
-Verá que ese cabrón se descuidara y nosotros estaremos ahí para verlo.

Todo el día pase revisando la cámara de seguridad y algunas fotografías obtenidas de la escena del crimen. Parecían ligeramente distintas entre sí, sino supiera que se trataba del mismo asesino diría que a parte del original tenían una copia barata pero muy peligrosa.
Había algo que aún me llamaba demasiado la atención, por qué utilizaba un labial rojo para marcar a sus víctimas. No existía registro alguno sobre El Asesino Escarlata para decir que estaba siguiendo sus pasos, además que la forma de matar y escoger sus víctimas era distinta. Otra cosa que estaba fuera de lugar era que se trataba de hombres. Por lo regular, un asesino en serie (hombre) mataba a las mujeres porque representaban a su madre o alguna fémina que lo hubiera dañado tanto a tal grado de querer matarlas. También porque las mujeres son vulnerables a ataques premeditados de hombres, los borrachos y drogadictos entran en este grupo. Pero este asesino buscaba hombres sólo de 30 años de edad, esa era la única conexión de todos los casos. Por algo nadie había mencionado a un asesino por las calles porque para los ojos de los demás no existía tal cosa, sólo asesinatos aislados en distintas zonas de la ciudad.

Para no quedarme con dudas, llame a mi antiguo jefe para pedirle informes.
-Es un milagro que me llame. Dígame, ¿cómo van las cosas en su rancho?
-Pues mire que no tan bien como quisiera.
-¿Y eso?
-Tenemos a un maldito que anda matando.
-Ya me imagino, pero sabe bien que a los políticos no se les toca ni un solo cabello.
-No me refiero a esos malditos.
-¿Entonces?
-Al parecer tenemos a un asesino en serie por este lugar.
-¿No era eso lo que decías?
-No del todo.
-Supongo que su llamada tiene que ver con eso.
-Afirmativo, Matus. ¿Recuerda usted al Asesino Escarlata?
-Ese mal nacido. !claro que lo recuerdo!
-Necesito toda la información que tenga disponible.
-Tendrá que esperar unos días. A parte de ser un crimen viejo, el culpable era hijo de uno de los más altos funcionarios de aquí, así que la información (poca o inexistente) me costará demasiado conseguirla y empaquetarla.
-Le doy una semana para eso 
-Ahora resulta que usted es mi patrón.
-Le recuerdo que ahora soy un grado más alto que usted.
-Y yo te recuerdo que el que te dio de tragar por más de diez años fui yo.

Prendí el televisor para sintonizar las noticias locales. Todo normal en ellas hasta que salió una nota en primera plana.

No todo en este país está perdido. Ya tenemos información sobre el asesinato del candidato Juan Pablo Acuña. Al parecer se encontraba de visita en unos de los centros hoteleros más grande de la ciudad cuando un hombre desconocido lo sustrajo del lugar. No sólo se llevó al candidato, sino también sustrajo a una joven que aún se desconoce el paradero. El responsable del crimen lleva por nombre Gustavo N y ya fue llevado ante la justicia. Dio las declaraciones de los hechos y se considera a sí mismo culpable de todos los cargos imputados. 

En otras noticias… 

Apagué el televisor y me fui a acostar. En mi mente sólo pasaban preguntas del tipo: ¿qué le habrán dado al pobre tipo? ¿Será que su familia estará bien? ¿Por qué se echó la culpa de todo esto?. Yo sabía que era una cortina de humo para disimular la incompetencia del cuerpo policíaco que existía aquí,  no digas blasfemias que eso te da de tragar. Un aire frío recorrió mi cuerpo y consigo trajo un nuevo temor, este era el cierre rotundo del caso y tal vez nunca tendría respuesta sobre el verdadero asesino.
















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