Capítulo 14: Téllez.

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Primero me llamaron la atención. Después fueron despidiendo a cada uno de los que tuvieron algo que ver con el caso. Rafael llevaba más de una semana desaparecido y en su casa no atendía nadie. El general había excavado tanto en el caso que describió la conexión que tenía Rafael con Miss Jackson, como ella se hacía llamar. Los cuerpos tuvieron un sepelio digno.
Para mi suerte (o mala) me dejaron seguir con el caso con todas las pistas encontradas. Ya teníamos un semi retrato y algo de información. Pero faltaba el cuerpo 1 para saber con más detalle sus intenciones.

Fueron los dos meses más difíciles de mi vida. Jamás me dejaron con la libertad de decir cómo había avanzado el caso, todas las ruedas de prensa que tenía las practicaba con horas o días de anticipación. Cada nota no se afirmaba ni negaba nada. Sólo eran respuestas al aire. En una ocasión estuve a punto de decir cosas que no debía, pero la mirada del general hizo que se me quebrara la voz.
-Es mejor que se ande con cuidado, Téllez. Que un mal paso y usted se chinga su carrera entera.
-Ya sabe que soy una tumba.
-Como tumba va a quedar si sigue así.
En esos dos meses no hubo nada nuevo, ninguna víctima nueva o algo que nos diera señal alguna de la asesina. Fueron más rumores que otra cosa. Las desapariciones de hombres se tomaban con seriedad (más de lo común) y todo aquel que no se encontrará en días se mandaba a un comando especial, aunque ese pendejo se encontrará con un chingo de alcohol en sus venas.

Después de los dos meses se detuvo un poco las investigaciones, el general preparaba todo para su huida y se había encontrado a "Miss Jackson" en uno de sus crímenes. Pero todos en la oficina sabían que no era verdad. Que sólo era una cortina de humo para que los federales no quedarán como unos pendejos en frente de nosotros.
En su despedida se dijeron algunas palabras que conmovió a los lamebotas del lugar. Al salir me llegó un aire de esperanza. Rafael se aparecía como todo un ángel corriendo a mi oficina con algo en la mano.
-Tengo noticias.
-¿Qué ocurre?
-Son buenas y malas noticias.
-Dame las malas.
-La mala es que a quien buscamos ya falleció.
-¿Y la buena?
-Es que hablo con los muertos.
Dejó caer una nota en mi mesa. 

Dejo aquí la lista de mis víctimas con nombre y dirección. Es probable que no hayan encontrado el primer cuerpo. Eso se debe a que lo tengo en mi casa.
En un par de días sabrán cómo fueron los crímenes y algunos vídeos de ellos.
Para ti, Rafael, te dejaré observar mi último crimen con cada uno de mis detalles. Te citaré en un lugar y hora, pero no llegues acompañado porque de ser así nada funcionará y nunca me atraparas.

-¿No piensa ir solo? ¿ Verdad?
-Claro.
-Es usted un pendejo.
-Ya me acostumbre.
Salió de mi oficina sin más palabras. Días después me llegaron varios casetes a mi puerta con toda la información y crímenes cometidos. El general fue destituido de su cargo por su ineptitud y yo fui coronado como el mejor policía. Pero la maldita hizo una jugada final maravillosa. 
Grabó un video contando sus crímenes, pero dando la explicación del por qué lo hizo. Esto ocasionó una que un grupo de feministas salieran a marchar para que se liberará a la que no era culpable y otro que no se culpara a Miss Jackson porque ella era una rezagada ante la sociedad. Varios días hubo disturbios en toda la ciudad. Pero no hicieron más que notar la falta de capacitación del cuerpo policial.














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