Capítulo 19

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Lorna no conseguía salir de su sorpresa. Estaba bastante nerviosa ante lo que pudiera suceder. Sus labios se apretaban conteniendo la tensión.

—Es de Alistair, ¿verdad? —lo intentó de nuevo May al ver que ella se mantenía en silencio.

La expresión de Lorna fue más que suficiente para afirmar que estaba en estado de buena esperanza, ahora solo quedaba saber quién era el padre. Aunque May se jugaría el cuello a que era Alistair, ambos se veían muy enamorados.

Sin embargo, conociendo la naturaleza y la bondad del pelirrojo, no le sorprendería que amase a una mujer que esperaba un hijo de otro. Tampoco conocía demasiado bien a Lorna, quizás tuvo un pasado difícil y Alistair decidió ayudarla.

—Por supuesto que es de él. —contestó algo ofendida tras un tiempo intentando buscar las palabras adecuadas. May asintió.

— ¿De cuánto tiempo estas? —decidió usar un tono más cercano al notar la tensión en Lorna.

—Dos, tres meses...no lo sé—respondió dubitativa. May abrió los ojos horrorizada.

—¿Y todo este tiempo lo has mantenido en secreto? ¿Con el racionamiento de comida y leña? — Se llevó la mano al pecho en un acto protector, acariciando la cabeza de Maura. —Lorna necesitas comer más y estar abrigada...podrías enfermar.—continuó preocupada. —Es un milagro que no lo hayas hecho aún. ¿Por qué no nos lo contaste? —preguntó en un hilo de voz.

—Tenía miedo. —dijo con total sinceridad. Al ver la actitud de May ante la noticia se había relajado, confiaba en ella y en sus palabras de cariño y preocupación. — Se las consecuencias que tiene un embarazo fuera del matrimonio...No sabía...No me atreví a deciros nada a Beth y a ti porque no quería ser rechazada.

—Nosotras nunca haríamos eso Lorna. — expresó con dulzura.

—Apenas nos conocemos May, Beth es su hermana y tú estas casada con su primo. No sabía que podíais pensar de este embarazo. —tragó saliva con dificultad. Estaba empezando a emocionarse. —Tenía miedo de descubrirlo.

—Te entiendo Lorna, más de lo que crees. —la tomó de la mano al ver como derramaba las primeras lágrimas. —Yo también llegué sola y por casualidad aquí. No conocía a nadie y estaba asustada de todo. —Lorna limpió su rostro con la mano libre y se sorbió la nariz. —Tuve que aprender a confiar y a enfrentar mis miedos, me costó mucho, —meditó mientras rememoraba aquellos momentos que parecían tan lejanos. —mucho. Pero los seres humanos necesitamos a nuestros iguales para sobrevivir.

Tras esas palabras, la habitación se quedó en silencio. Al cabo de un tiempo May retomó la conversación, convencida de que si le contaba a Lorna su historia con más detalle, ella se sentiría más cómoda y comprendida. Y así lo hizo. Intentó ser los más fiel posible a los hechos. Aun daba gracias de que Arthur estuviera en el más allá y de que hubieran expulsado a aquella mujer castañas del castillo, de lo contrario, hubiera temido por la seguridad de Maura y la suya propia.

Lorna se quedó de piedra con su relato. Su propia vida había sido dura pero no había sido la única. Ambas mujeres habían vivido situaciones distintas, pero tenían el dolor y la superación como denominador común. Lorna vivió el relato con intensidad. Lloraron juntas en las partes más crudas y sonrieron en las más felices.

—...esa es mi historia. Pero aún me queda mucho por escribir...—concluyó su relato May mientras miraba con sincero amor Maura.

—Vaya May, jamás lo hubiera imaginado. —se sinceró. — Creía algo totalmente diferente a cerca de tu vida.

—Bueno, toda persona tiene conflictos en su vida, por muy distintos que puedan ser. Incluso creerás que Beth ha tenido una vida más fácil, en cierto modo así es. Pero estoy segura de que ella, no ha terminado aún con su conflicto. — expresó pensando en que la herida del corazón de Beth aún no había sanado aunque hubiera encontrado un nuevo amor.

Criatura Salvaje | Saga Salvaje IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora