𑁋Ten, TaeHyun, estas rosas son para ti.
𑁋Necesitarás más que unas simples flores para reparar el daño que me causaste.
Sí, eso es lo que BeomGyu más había estado temiendo.
ꕥ Segunda temporada de "Conquistando A BeomGyu".
ꕥ Inicio: 29/07/2022
ꕥ Fin...
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TaeHyun está algo —demasiado— cansado. Pasó una mala noche donde durmió poco debido a la felicidad que le provocó estar de regreso en su hogar, a pesar de estar muy agotado por el viaje, por supuesto. Aunque, ahora que lo piensa, últimamente todas sus noches son así, pero todavía no logra acostumbrarse del todo.
Si hay algo que caracteriza a Kang TaeHyun, es que no es bueno para generar rutinas y cotidianidades.
Por ello, las clases —escuela, en general— nunca han sido mucho de su interés, eso no es un secreto ni para su madre. Es aplicado, sí, pero es un estudiante demasiado desordenado en todo que no brilla por inteligencia, pero tampoco destaca por irresponsable y vago, así que siempre estuvo bien con ello. Sin embargo, sabe que se le ha perdido un tornillo, ya que ahora las clases parecen robarse algo de su mínima atención, pero seguro es para no centrarse en lo demás que lo mortifica.
Sí, hay cosas que lo mortifican, aunque ya no lo parezca. Es decir, ahora parece mucho más feliz y seguro de sí mismo, con ese cambio de vestuario y, también, de peinado con su color de cabello, y eso todos sus compañeros lo notan. Pero, es el primer día, así que nada malo puede ocurrir.
Le duele la cabeza por haberse despertado tan temprano luego de semanas en que se levantaba a la hora que su cuerpo y el Sol lo decidieran, por ello los ojos todavía le pesan para la quinta clase. Y tanto es su cansancio que se recuesta en su pupitre apenas el profesor de Literatura abandona el salón.
El ruido excesivo que hacen sus compañeros hablando eufóricos sobre sus vacaciones —o sobre cualquier cosa— ha aprendido a hacerlo pasar desapercibido de su mente, o es que en realidad ya se ha acostumbrado lo suficiente para no tomarle importancia aunque se sienta más dormido que despierto.
No es como que le importe, de todos modos.
Puede que para algunos sea totalmente lo contrario, pero cuando el ruido cesa por completo minutos después de descansar sólo sus ojos le parece sumamente extraño sabiendo que no tendrán clase hasta dentro de una hora, pero TaeHyun se confunde aún más —a tal grado de levantar la vista— cuando siente a alguien mirarlo tan fijamente que le incomoda y a un inquietante silencio que le sigue de cerca.
A TaeHyun, distinguiendo la delicada y característica silueta de quien lo observa, un sudor frío le recorre por toda la espina dorsal, haciendo que se arrepiente al instante de siquiera estar ahí.
—Hola, Tae.
Kang no puede terminar de procesarlo a pesar de estarlo viendo después de varias semanas. No había visto a BeomGyu desde antes que comenzaron las vacaciones y, aunque era algo evidente que terminarían encontrándose en algún momento de manera coincidente por las instalaciones, no creyó que sería el primer día y que, mucho menos, sería Choi quien lo buscase personalmente y no por una mera casualidad. Reforzando su teoría con que no lo buscó en todas las vacaciones, pero para TaeHyun eso había estado perfecto.
Realmente no quiere saber de él.
Pero tenerlo en frente, haciéndole recordar miles de sentimientos que existen sólo por él, no ayuda en lo absoluto.
El silencio comienza a incomodar a todos los presentes con la mirada desaprobatoria y confundida que TaeHyun le dedica y BeomGyu es el primero en sentirlo recorriendo su cuerpo, sintiéndose notoriamente juzgado, así que prefiere hablar de nuevo antes de arrepentirse por haber ido.
—Uh... Ten, TaeHyun, estas rosas son para ti. —Un ramo de pétalos rojos pasionales están extendiéndose justo muy cerca de su rostro, y el apenas ameno y angelical tono de voz del contrario lo hace estremecer por completo.
Todos sus compañeros se han quedado boquiabiertos. Están aún más confundidos y sorprendidos de lo que estuvieron hace algunos meses atrás cuando Kang TaeHyun se atrevió a pedirle una cita frente a muchas personas a tal punto que toda la facultad se enteró, incluso con la conocida —e irritante— personalidad del joven.
Pero, ¿que fuese Choi BeomGyu el que ahora estuviese rogando, con ojos suplicantes y evidente nerviosismo, por Kang TaeHyun? Eso es algo que nadie nunca vio venir, ni siquiera los protagonistas de aquella dramática historia.
TaeHyun, por su parte, todavía no puede salir del trance en el que entró apenas distinguió los hermosos ojos de BeomGyu... Simplemente no lo puede creer.
No, en realidad no quiere creer.
Sin exclamar palabra alguna, toma el ramo entre sus manos con delicadeza, no estando muy seguro de qué hacer, sintiéndose especialmente nervioso el que tanta gente los esté observando. Pero, apenas siente el suave follaje y el tallo de las flores entre sus dedos, y percatándose de que un sobre blanco se esconde entre las hojas de las mismas, se levanta de su asiento sin mirar a nadie más directo hasta el contenedor de basura, donde las bota y las deja caer sin cuidado alguno —lo cual es una pena, porque son flores muy bonitas—, a lo cual le sigue una bulla de burla y pena por parte de sus compañeros de clase. Todos olvidándose que es Choi BeomGyu de quien se burlan y puede partirles la cara por parejo, sin saber tampoco que a este ya no le interesa nada que no sea tratar de entender qué demonios acaba de pasar, y porqué sintió cómo su corazón se destrozó mil veces más.
BeomGyu no sabe qué decir, o siquiera si hay algo que deba de hacer. Su mente está en blanco, como si no tuviera la capacidad de razonar. En realidad lo está desde el momento en que decidió entrar al aula de aquel lindo chico del que no puede dejar de pensar y lo vio tan impasible y, sorpresivamente, más hermoso de lo que recuerda, aunque sólo hayan pasado unas tortuosas semanas desde que lo vio por última vez.
TaeHyun regresó con su cabello teñido de un hermoso color rojo con el brillo como el que posee en sus ojos, pero que contra luz tiene una tonalidad rojiza con toques de violeta. Más allá de verse incluso más delgado, nota por encima de su sudadera que ha ganado algo de musculatura y le lleva un par de centímetros extras desde la última vez que se vieron.
Se ve hermoso, es todo en lo que puede pensar BeomGyu.
Sin embargo, el que haya tirado su obsequio es un nuevo dolor que no sabe cómo interpretar, pero cae de nuevo en la realidad cuando TaeHyun se planta frente suyo: todos guardando un increíble silencio y expectantes a su respuesta.
—Dime algo, BeomGyu. ¿En serio creíste que recreando el obsequio que yo te di harías cambiar algo en mí? —pregunta con molestia y sarcasmo, sobre todo notándose el dolor en sus palabras, pero lo suficientemente bajo para que nadie los escuche—. Si es así, debes saber que estás totalmente equivocado. Y no quiero que lo intentes de nuevo, pero necesitarás más que unas simples flores para reparar el daño que me causaste, Choi. —Sin darle opción a réplica, TaeHyun toma su mochila, junto con el resto de sus cosas, y sale del salón con la vista de todos encima, no pudiendo importarle menos.
BeomGyu, en cambio, sólo quedó aún más confundido. Avergonzado, sobre todo, con cientos de preguntas en mente y unas increíbles ganas de llorar acumulándose en sus ojos y garganta.
Después de todo, no podía ser tan fácil reparar su estupidez, ¿cierto?
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