Conquistando A TaeHyun ~ ᵗᵃᵉᵍʸᵘ

♡ 07 ♡

TaeHyun está terminando las clases del día y agradece eternamente que así sea. Esta mañana amaneció con muy poco humor y ganas de estar ahí, así que lo único que quiere es llegar a dormir y no saber de nada ni nadie el resto de la tarde, aunque sabe que no podrá ser así debido al exceso de trabajos pendientes que tiene por hacer. Maldita vida de universitario.

Antes de que pueda seguir con la idea fantasiosa de dormir con su manta favorita, es interceptado por uno de sus compañeros en su asiento.

—Entonces... ¿Nos vemos de nuevo en tu casa? —le dice el chico, quien es un poco más alto que él. A lo que TaeHyun replica con un bufido exagerado con sólo reconocer su voz.

—¿Tengo opción? —pregunta sarcástico—. Con eso de que nunca quieres estar en tu casa, no es como que me queda de otra.

—Todo ahí me aburre —replica su compañero. Ambos chicos toman sus pertenencias y salen del aula, mientras siguen con su para nada divertida conversación—. Además sabes que me encanta molestar a SooBin.

—¿Por qué sería eso divertido?

—¿Por qué no lo sería?

TaeHyun lo piensa únicamente por un segundo.

—Bueno, tienes un punto. Entonces nos vemos después de la comida, ¿te parece? —le dice a su compañero para el proyecto, Jay, habiendo tenido que organizarse antes para eso.

—Perfecto, Kang, te veo luego —le dice, con su peculiar sonrisa socarrona que enternece a un par de chicas que pasan de lado.

TaeHyun camina hasta su casillero para dejar algunas cosas antes de irse. Como siempre, se encuentra tan perdido en quién sabe qué parte de sus millones de pensamientos sobre cosas tontas y sus verdaderos problemas que camina casi en modo automático, haciéndolo tropezar con otras personas y recibiendo malas caras de por medio. Eso habría estado incluso dentro de su rutina diaria de no porque, en cuanto recupera el enfoque de su atención, se detiene apenas unos metros antes al percatarse de que algo fuera de lo usual yace puesto en la puerta de su casillero. No tiene ni que ser brillante o gigante ya que destaca automáticamente por el monótono color de los casilleros.

Definitivamente hay algo puesto ahí, y para nada es suyo.

Al acercarse, con cierta confusión de por medio y pasos lentos, se da cuenta que se trata de un sobre de color azul pastel, como el que se puede percibir en el cielo la mayoría del año. Al principio, ni siquiera se le cruza idea alguna de lo que pueda tratarse, pero cuando no encuentra el remitente por ninguna parte (habiendo solo su nombre impreso), una ira indescriptible comienza a crecer e incendiar su pecho.

Si es lo que cree, definitivamente no lo quiere.

Tras su sospecha de que aquello es obra ridícula de BeomGyu (que es lo más seguro porque, hasta donde sabe, a nadie más le interesa de aquella manera), lo arruga entre sus manos hasta convertirlo en una pequeña bolita celeste.

Ni siquiera se da la oportunidad de leer lo que no puede ser sino una carta cuando ya está siendo botada en el siguiente cesto de basura que se encuentra y TaeHyun retoma su camino hasta la salida sin siquiera mirar atrás.

De haberlo hecho, podría haber presenciado de la perplejidad en el rostro de BeomGyu mientras este lo ve alejarse desde el pasillo del fondo y mentiría si dice que eso no le dolió. Sí, se siente de miles maneras posibles que se relacionen con el jodido dolor que antes ni siquiera había experimentado. Pero, pese a que su menor todavía se muestre receloso a querer perdonarlo, no piensa rendirse tan fácilmente.

Si Kang TaeHyun fue capaz de derretir su helado corazón pese a todos sus rechazos iniciales, está seguro de que él puede conseguir, al menos, una parte de su perdón. Incluso si no lo merece.

Incluso si, al final, se siente demasiado cansado como para seguir queriendo intentarlo.