9. Mercenarios

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El periódico traído por una lechuza entró por uno de los ventanales del Gran salón

En ese momento, alumnos y profesores se encontraban desayunando, una tranquila mañana de la semana...

Aunque algunos profesores no estaban presentes...

—Blaise, préstame el periódico.- Theo le pidió

Este se lo alcanzo mientras bebía su café

Tracey, Blaise, Theo y Harry se encontraban desayunando juntos

—Hubo una fuga en Azkaban...- Theo comentó en voz alta, leyendo la página que contenía la noticia

—Eso suena terrible... ¿Alguien logró escapar?.- Tracey preguntó preocupada

Theo estaba mortalmente serio

—Escaparon tres personas.- respondió

—¿Quienes?.- Lucinda Marshall preguntó

Theo miró de reojo a su amigo azabache, quien bebía su café con total tranquilidad, tomándose unos segundos extra, antes de responder

—Antonin Dolohov, Bellatrix Lestrange y... Peter Pettigrew.-

Nadie pareció prestar atención a lo que comentaban en el pequeño grupo, cada quien estaba sumergido en sus propios asuntos

A excepción de Draco, quien se encontraba a unos cuantos estudiantes de distancia

Había permanecido un poco más atento a ellos, y en cuanto escuchó lo que comentaban, clavó sus ojos grises, en el niño que vivió, observándolo con su implacable máscara de seriedad...

Harry, bajó su café con parsimonia, y su siempre perezosa sonrisa en los labios permaneció invicta...

No demostrando ninguna emoción al respecto, más allá de su sonrisa enigmática, permanentemente plasmada en su rostro, se puso de pie, y salió del gran salón sin dirigirle una segunda mirada a nadie

Para ninguno fue un evento que llamara la atención, sin embargo el azabache podía sentir las miradas de varias personas sobre él

Inclusive las de otras casas...

En cuanto salió sacó la escoba que permanentemente cargaba encogida en el bolsillo, volviendola a su tamaño original, para desplegarse y volar

Un pequeño grupo de leones y serpientes corrieron tras él, pero ya no estaba

El azabache había llegado rápidamente a la oficina del pocionista, donde sacó la varita y no se molestó en perder el tiempo para entrar y cerrar la puerta tras de si

Severus se sorprendió y se puso rápidamente de pie por la abrupta interrupción en su despacho

—¿Qué esta haciendo señor Potter?.-

Harry agitó la varita haciendo levitar de entre medio de una pila de cosas, el periodico que el mismo Snape tenía  sepultado bajo los pergaminos...

—Eso debería preguntarte.- el niño que vivió se cruzó de brazos, viéndose mortalmente serio

—¿Acaso tiene la errónea idea de que trabajo para usted?, ¿quién se cree que es para irrumpir así en mi oficina...?.- Snape siseó, con un destello furioso en sus orbes oscuras

Harry cruzó el lugar, sin apartarle la mirada esmeralda de sus ojos

—No creas que no he notado que el viejo no ha estado en su trono, además de que hay una presencia extraña en el castillo y que tú estás escondiendote en tu puta oficina como si fueras una rata alada... No soy estúpido ni ingenuo, Snape... Y lo sabes perfectamente... Sólo dime que mierda esta ocurriendo para siquiera preparar una contraestrategia.-

Carajo, soy Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora