38. Bitácora del viajero

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Harry se apareció junto a Brad en los callejones, cerca del centro

Caminaron unas cuantas calles hasta llegar a una enorme edificación

—¿La Tate Modern?, ¿Qué hacemos en el museo?.- Brad le preguntó sin comprender porque estaban allí

Harry sacó el folleto del bolsillo, sin dejar de mirar la edificación

—Hoy hacen una exhibición de las obras de William Blake, y tu abuelo, evidentemente, quería que estuviéramos aquí.-

—¿Para qué?.- el rubio le preguntó curioso

El joven azabache ni siquiera se molestó en responder, cuando emprendió camino hacia la exposición

El muchacho lo siguió apenas, sin comprender cómo alguien podía ser tan arisco

Harry caminó directamente al centro de la exposición quedando exactamente frente a frente con una pintura

Harry caminó directamente al centro de la exposición quedando exactamente frente a frente con una pintura

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—¿Qué estamos buscando exactamente?.- Brad le preguntó en voz baja, mientras se paraba a su lado observando la misma pintura

El joven slytherin ladeó un poco la cabeza

—... Lo esencial se esconde a plena vista...- murmuró mientras miraba fijamente la pintura, notando como está parecía señalar a un lugar

Harry siguió el sendero marcado por la mano de la pintura y notó que había unos casilleros al fondo

Se dirigió hacia allí, con Brad pegado a sus talones

—¿Te molestaría explicarme que estás haciendo?.- el rubio comenzó a ganarle la impaciencia por sobre su nerviosismo usual

Harry sacó la llave del bolsillo y probó con un casillero y luego con otro, hasta que una encajó perfectamente

—Tu abuelo nos guió hacia esta exhibición para que encontramos algo importante.-

El azabache abrió el casillero y dentro, se encontró con una pequeña caja de madera que tenía un candado especial con números

—El número de la bestia es 666, es el nombre de la pintura que nos indicó estos casilleros.- El slytherin usó la combinación para abrir la caja con éxito

Brad parecía sorprendido y algo anonadado

—Pero claro que tú abuelo no iba a ceder nada, por la nobleza de su corazón, sin recibir algo a cambio, así que me pidió que vigilara a su encantadora dama revestida con el sol... vease, cuidar de ti.-

Harry volteó y le tomó uno de los mechones rubios de cabello con una pequeña sonrisa de obviedad

Brad pareció procesar esas palabras durante unos segundos, viéndose bastante confundido

Y el slytherin aprovechó para mirar dentro de la caja, sacando así, una fotografía antigua, de lo que parecía ser Dumbledore probablemente en sus cuarentas... Junto a un grupo pequeño de personas, donde uno en especial llamó increíblemente su atención y lo hizo fruncir levemente el ceño

Carajo, soy Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora