41. Un trato

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Harry sintió un leve estremecimiento y abrió lentamente los ojos

Viéndose encandilado por la luz del techo parpadeó varias veces y entrecerró levemente los ojos, hasta que su vista se adaptó

Se sentó con cierta dificultad en la cama y no vio a nadie cerca

Por el fuerte olor a desinfectante y el aspecto blanquecino del lugar, no le tomó ni dos segundos, darse cuenta que se encontraba en una sala común de San Mungo

Se quitó las vias y se despegó los lectores de signos vitales

Jadeó un poco por por el esfuerzo, las heridas aún le dolían como el jodido demonio...

Harry se levantó de la cama, haciendo un esfuerzo magistral por no morir de dolor y se dirigió al armario para buscar entre sus cosas

Tomó su varita y con un movimiento de esta se ahorró el infernal trabajo de vestirse por su cuenta

Se sentía limitado como una tortuga, herida...

Joder, la próxima vez que deba enfrentarse a una maldición dentro de la mente de Theo, se asegurará de imaginarse unas armas con unas jodidas balas mata todo...

Sujetandose un poco de las paredes y con lentitud, pero con férrea perseverancia caminó hasta la puerta de la habitación para largarse de allí

Nada más al abrir se encontró con Blaise que lo miraba muy sorprendido

—Harry.-

—Caramelo de chocolate.-

—Hermano, te ves del asco, ¿Qué haces levantado?.- el moreno se preocupó y se antepuso para ayudarlo en lo que pudiera

—Ya me conoces, a menos que haya una buena razón, no me quedaré en una cama... no es por sonar desagradecido pero... ¿Por que no había nadie cuando desperté?.- el elegido le sonrió con sorna

El moreno le correspondió con una sonrisa preocupada

—Llevas dormido dos días, estoy supliendo a Tracey en este momento, ¿Como te sientes?.-

—Mierda... ¿Cómo está Theo?.-

—Bien, gracias a ti... Ha vuelto al trabajo para... Bueno... Ya sabes que.- Blaise dió una pequeña mirada discreta a los alrededores y bajó la voz

Harry asintió comprendiendo

—Ese maldito adicto al trabajo... Nada más lo saco de locolandia, y ya está nuevamente de viaje de negocios... Ese bastardo me va a arruinar con la cantidad de dinero que tendré que pagarle...- el niño que vivió bromeó

—Dudo que algo así pueda arruinarte económicamente, Harry... deja que te ayude...- Blaise le sonrió con diversión

Por su parte, el elegido dejó de sonreír y miró fijamente al moreno

—Corte, corte, corte, ¿Qué putas fue eso?, mejor hay que volver a hacer la escena, otra vez desde el principio, ¿Quién te contrató, novato?, Juro que despediré al guionista.- Harry se movió de forma teatral como si estuviera realmente indignado

—¿Qué?.- Blaise le preguntó sin comprender

El niño que vivió, hizo un expresión de fastidio

—¿Sabes una cosa?, No soy imbécil, se reconocer cuando me están viendo la cara... Y tú no estas interpretando de forma convincente a mí caramelo de chocolate, ¿Sabes qué? Mejor vuelve a la escuela, no sirves para la actuación.-

—Harry... No comprendo que...-

—Para la próxima que hagas el papel de Blaise, procura tener en mente que mi amigo, es un bastardo, así que verte actuando como la madre Teresa, cuidandome cómo una jodida cosa frágil, utilizando su rostro, se me hace muy raro...-

Carajo, soy Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora