Privet drive.
Un profundo grito resono dentro de aquellas paredes ocultas por la espesa oscuridad de la noche, la rabía debatía rugiente arremetiendo contra lo que había en aquel lugar.
No podía creer de lo que sus ojos eran testigo,
Cómo pudo ocurrir aquello?
Quién había sido?
Mortifagos, tal vez?
Lanzo un hechizo de detección en la casa.
-Nada-. Murmuro impacible.
Con un rapido movimimiento de varita desparecio aquel desastre, junto con los cuerpos sin vida de los Dursley.
Cerro la puerta con un rapido fermaportus, lanzando hechizos en la casa contra las vistas curiosas del exterior.
Al terminar aquello, no quedo rastro de aquel mago desapareciendose del lugar, en el cambio de un segundo en la manecilla del reloj.\\\\\\\\
Pov Harry.
-Oh mi pequeño Dudley! Hoy se vera muy guapo en su fiesta, cuantos regalos, mira nada más ese delicioso pastel solo para ti mi cielo.
Decía Petunía terminado de acicalar a un Dudley de seis años recien cumplidos.El pequeño Harry de apenas 5 años, escuchaba todo aquello en absoluto silencio desde aquel oscuro espacio en la alacena debajo de las escaleras, podía observar apenas desde la pequeña rendija, que permitia la entrada del aire a ese asfixiante lugar, lo que ocurría en el pasillo.
No entendía porqué el se encontraba ahí, el era un niño bueno no hacía ruiditos y se mantenia quietecito, porqué el no podía salir y ser abrazado como su tía lo hacía con duddy y jugar con aquellos tantos juguetes de colores.
Escucho las fuertes pisadas de su tio Vernon bajando por las escaleras, su pequeño cuerpecito se tenso al instante.-Hey chico! Ni se te ocurra salir o hacer algo que llame la atención, los fenomenos como tu no merecen convivir con la gente normal-. Dijo mientras propiciaba fuertes patadas a la puerta de aquel escondite donde se encontraba Harry.
-Me oiste! Si no te dare una paliza!
Remato, mientras sus pasos se alejaban por el corredor.Haciendose más pequeño, abrazandose apenas con sus delgados bracitos, gruesas lagrimas caían por sus mejillas.
-Mami, papi-. Susurraba en pequellos sollozos.
-Porqué no están conmigo, no me querían y me dejarón?
Miraba con anhelo aquel dibujo que adornaba el espacio junto a unos soldaditos y unas cuantas crayolas.
Se podía apreciar un pequeño niño siendo abrazado por una mujer de cabello rojo con pristino vestido blanco y un hombre con tunicas negras y cabello oscuro.
Aquella imagen que Harry constantemente podía ver en sus sueños.\\\\\\\\
La luz del exterior brillaba alegre en su fulgor, despertando a Harry del apacible mundo de los sueños.
Se tomo un instante,
-Clapsio? Dijo aún con los ojos cerrados, asegurandose que lo acontecido en los ultimos días no haya sido tan solo un sueño y se encontrara aún en la casa de sus tios, podía sentir la calida bienvenida de la magía de su fiel amigo llamarlo.-Aquí estoy maestro, como a resultado su viaje a hipnos, ha sido bueno su encuentro con morfeo?
Harry abrio lentamente ambos ojos, no ha sido un sueño, repetia en su mente, realmente estoy aquí!
Se acerco cautelosamente a su amigo quien lo miraba desde el extremo de la cama con aquellos ojos relucientes.
Harry extendio una mano para tocarlo con sumo cuidado, como si aún creyera que se encontraba en uno de los tantos sueños que por años fuerón su unico refugio.
Deslizo un dedo por la suave piel de aquella serpiente.-Maestro, no ha sido una realidad que su inconciente haya creado en estado de deseos, realmente usted es.
-Recuerde, maestro, somos.Aquellas palabras lo sacarón de aquel estado de trance.
-Ha sido más que agradable, amigo. Un brillo ilumino la mirada de aquel pequeño, como si de repente recordara algo muy importante que había pasado por alto.
-Clapsio! hoy vamos al callejón de la magía! Dijo en una exclamación de exultante emoción.
-Por fín, hoy podre constatar la verdad de quien soy, hoy regresare al lugar donde pertenezco!
De un brinco salto de aquella cama, con una sonrisa adornando su rostro.