"Cuando el amor se reprime, el odio ocupa su lugar"-Despierta, cariño. Dejame ver la luz de tus ojos.
Había pasado más de un mes en el que harry había caido en coma mágico, sueños, delirios y visiones, lo habían mantenido en un estado fluctuante entre lo real y lo no real.
No obstante, en su nuevo despertar se encontraba lleno de energia y vitalidad.
Un poco aturdido, miro a su alrededor recordando de a poco.
Se levanto de su lecho tratando de poner los pies sobre el frio suelo, un tanto debil camino como cervantillo recien nacido a la puerta que daba hacia el pasillo.-Tio!-. Llamo en voz alta.
-Clapsio!-. Trato de invocar a su familiar.
La cadena en su cuello tenia una calidez extraña, la tento apenas con un dedo y le brindo bienestar.
Camino por el largo pasillo hasta dar con las escaleras, ni los elfos hacian el intento de aparecer.
Sus pisadas hacian eco en el amplio espacio, hasta que por fin lo oyo.
-El debe recobrar la conciencia por si solo, aneas, no podemos hacer más de lo que ya hemos hecho, debemos confiar en el poder del maestro y no temer.
-Estoy desesperado, lo que menos quiero que el niño salga lastimado con todo esto, mañana es el día en que debe marchar a hogwarts y todo se está saliendo de mis manos.
Las voces se escuchaban en el despacho, mientras se hiba acercando, con claridad escucho lo ultimo.
!MAÑANA ERA EL DÍA EN QUE SE MARCHABA A HOGWARTS, CUÁNTO HABÍA DORMIDO!
Irrumpio en la estancia sobresaltando a su tio y familiar.
-Cómo que mañana me marcho a hogwarts? Si apenas ayer recibí la carta.
-Harry!-. Su tio se acerco con premura a él y lo alzo en brazos, con entusiasmo le hizo girar.-Por salazar, harry niño me has tenido con el alma de regreso al purgatorio.
-Tio, no puedo respirar-. Dijó apenas con aire debido al fuerte abrazo de su tio aneas.
-Si, si por supuesto-. Apenas soltandolo lo dirigio al sillón, junto a su desaparecido familiar.
-Clapsio, bueno verte-. Le sonrio y acaricio su escamosa piel.
-Maestro, he podido sentirlo llamandome, asuntos relevantes habían mantenido mi atención, lo lamento.
Dijó la serpiente de vibrantes ojos.-Descuiden ambos, pero ahora, por favor diganme, qué ocurre?-. Dijó mirando a los dos seres que le habían brindado claridad entre tanta penumbra.
Sentado en un sillón junto a él sin dejar de verle, hablo.
-Harry, ¿qué es lo ultimo que recuerdas?-. Pregunto aneas, mirandolo fijamente.
-Mi cabeza justo ahora es todo un lio, recuerdo estar en el laboratorio, las lechuzas con la carta del colegio y una nota del diario de mi madre, después nada, solo sueños y recuerdos borrosos.
-Maestro, ha estado en coma.
-En coma?
-Si harry, desde antes de si quiera tu existencia, para ser precisos desde tu abuelo una maldición corre por tu sangre, se ha vuelto parte de ti. Por eso has caido en coma, tu organismo, más bien tu mágia ha conbatido con ella.
-Pero, yo me siento muy bien, mejor que antes, cómo actua esta maldición?
-Debido a la fuerza de tu nucleo y las conexiones que lo alimentan, no has muerto o caido en la locura, esta maldición se alimenta de tú odio, tristeza y miedo, emociones primarias que te debilitan, poco se conoce de la invocación tenebris, según mis investigaciones el alma se fragmenta y quedas preso dentro de ti.