"El amor es una fuerza que es más hermosa y más terrible que la muerte."
Albus DumbledorePodía escuchar el viento, la tormenta formarse, los truenos a lo lejos dominar el cielo y la lluvia.
Tac, tac, tac
-Hola, hay alguien ahí?
Una figura de espalda, a su vista confusa, se encontraba a lo que podía pensar unos metros, conforme más se acercaba está se alejaba aún más.
Su vista era borrosa, no recordaba donde podría haber dejado sus anteojos.-Por favor, espere, grito a aquella persona.
Conformando un eco resonante.
La calle por la que transitaba volviendose cada vez más angosta,Dónde estoy?
Penso.El cielo estaba nublado, las primeras gotas de lluvia caian, sentia frio, mucho frio.
Aquella figura, doblo en una esquina.
"Privet drive"
Decía en el letrero de la calle.Hileras de casas a ambos lados de la rúa.
El escenario era desolador, sombrio, aquellas viviendas parecian tener bastante tiempo abandonadas.Una luz proveniente de una única morada, el número 4.
Aquel hombre, ya no estaba por ningún lado.
Cada paso que daba, lo escuchaba en su cabeza, sentía la lluvia pasar a través de el conforme se acercaba a aquel destino.
Diviso, las flores que por tanto tiempo se le encomendo cuidar y lo que se convertiría en su único pasatiempo favorito, en aquel escenario yacían marchitas, sin vida.
Atravesó la verja, caminando a través del pequeño camino que conectaba al umbral del recibidor.
La puerta se abrio para el, como si por tanto tiempo esta aguardara su llegada.
La tormenta arreciaba, la luz proveniente de los relampagos iluminaba.
Su corazon martilleaba en su pecho
Su cabeza dolia
Sentía frio
Su cuerpo entumecido-Despierta!!!
En el espacio de la puerta se empezaron a formar visiones, mostrando a una pareja.
Como si no tuviera control de su cuerpo, se adentro en aquella habitación distinta a como recordaba.Podía observar a la pareja hablar, pero a sus oidos no llegaba nada más que silencio.
Se acerco un poco más, parecian encontrarse en una habitación con paredes de roca tapizadas con estantes rebosantes de libros, una cama con sabanas verdes y una chimenea rugiente que ofrecia calor a quien su refugio buscaba.
Al pararse sobre una alfombra que se encontraba justo en el centro de la pieza.
Pudo escuchar lo que la joven pareja decía.