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"Una loca hormonal".

"Yo no odio a la gente, simplemente me siento mejor cuando no están a mi alrededor."

— Charles Bukowski.

Alex.

Aquél día después de aquella recaída, me llevaron a ver un doctor a ver si me faltaban algunas vitaminas ya que me había desmayado luego de tener un ataque de pánico, ellos no sabían el porqué había sucedido eso, mi madre era la única que actuaba con serenidad cosa que me pareció extraña y tengo vagos recuerdos de haber estado cerca de Lina. Pero creo que fue mi imaginación.

Han pasado dos meses desde aquél día y agradezco al cielo que nadie ah vuelto a tocar ese tema.

Era un día más, un día igual que los demás, el aburrimiento estaba invadiendome lentamente, aunque faltaban pocas horas para que tuviera que ir nuevamente a la academia y eso me llenaba de una emoción extraña que enviaba una sensación de nerviosismo por todo mi cuerpo, al parecer me estaba gustando la academia.

Si.

La academia es un lugar bastante interesante, suficiente como para despertar en mi el deseo de asistir, al igual que las chicas que conocí ese día...el solo pensar que me había tocado estar en un lugar lleno de solo chicas, para cualquier otro chico eso hubiera sido el paraíso, pero para mí fuera un error o una bendición, para mí no era algo relevante.

Me levanté de la cama en la que me encontraba desde tempranas horas de la mañana y fijé mi mirada en un dibujo que había hecho cuando tenía 5 años el cual estaba colgado sobre mi pared por alguna razón ese dibujo me daba cierto vertigo.

Arrastré mi mano creando un trayecto por mi mejilla que terminó en mi cabello, un pequeño mareo me desestabilizó y tuve que apoyarme en la pared más cercana de mi pequeña habitación, para mí mala suerte para evitar caerme debido a dicha sensación, mi mano se aferró justo al pequeño dibujo rasgandola hoja en medio.

— Tal vez me levanté muy deprisa —

Caminé hasta mi baño, lavé mi rostro y lavé mis dientes, luego salí a asaltar el refrigerador como tenía por costumbre, aunque al acercarme a la cocina una cabellera rizada color chocolate con puntas amarillas captó mi atención.

— Buenos días dormilón — Exclamó Lina algo burlona.

Di un respingo y analice mi vestimenta, aún estaba en mi ropa de dormir lo cual era un pantalón de algodón y una franela deportiva.

— ¿¡Que haces tú aquí!? — Respondí.

— Pasaba por esta calle y encontré a tu pequeña hermana afuera, no sabía que vivías por acá —

— Si hermanito, ella me ayudó a levantarme — Habló Dina con una gran sonrisa y una pequeña lágrima corriendo por su mejilla.

— Tu hermana paseaba en su bicicleta y cayó en el pavimento, se raspó un poco la rodilla —

Si, era cierto luego de escuchar eso me acerqué a Dina a ver el estado de su rodilla, estaba algo hinchada y aún se notaban algunas pequeñas manchas de sangre.

— Porqué estabas fuera — El claro acento de la ira en mi voz.

— Solo quería jugar un poco  y tú estabas durmiendo aún — Respondió asustada.

— Sabes bien que no debes salir de la casa — Dije tajante.

— Per... —

— Nada Dina, ve a tu cuarto, sabes que no debiste hacer eso — Regañé.

Efímero [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora