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"¿Qué te eh dicho de no decir cosas como esa?"

"Quiero saber con cuántos traumas tendré que ayudarte y cuántos me vas a causar tambien..."

Adison.

Mike se fué sin despedirse, pudimos notar claramente que la situación le había causado un vacío enorme.

Su rostro lo demostraba.

O al menos eso noté sin conocerlo del todo, la verdad, solo lo había visto en diferentes ocasiones pero su rostro mostraba el profundo dolor que estaba sintiendo, era extremadamente notorio.

Yo no sabía nada sobre la situación pero aún así no pude evitar quedarme de brazos cruzados. No cuando ella perdía por cuenta propia aquello que algún día me fue arrebatado y lo odiaba, odiaba ver cómo alguien despreciaba algo que otra persona más deseaba.

Observé a Alex que estaba estático mirando a Kara, el tenía la mandíbula tensa y una mirada de desaprobación.

Félix por otro lado ya no estaba con nosotros.

Kara aún seguía de rodillas llorando.

Ella acaba de despreciar eso que tanto haz querido.

La tomé del cabello y la levanté.

Ella se quejó, pero no hizo más nada.

Alex me observó sorprendido pero no movió ni un dedo.

— Escúchame estúpida, ahora mismo irás tras ese chico y vas a pedirle perdón desgraciada — Dije entre dientes.

Ella me observó con miedo.

— Él no va a perdonarme... — Susurró.

Le dí una bofetada.

Se siente bien.

No me importa si te perdona o no, después de todo te follaron dos tipos a la vez y tu novio se enteró, o más bien, estuvo a punto de verlo, ¿Crees que te va a perdonar?... Se una mujer y ve a disculparte, acabas de destruir las iluciones de un chico inocente y lo menos que puedes hacer es disculparte —

Ella asintió y comenzó a correr hacia la puerta.

Patética.

Por chicas como ella es que chicas como yo sufrimos por amor.

Lamentablemente hay mujeres que terminan jugando con hombres y ellos pagan sus platos rotos con chicas inocentes.

Y así el ciclo se repite una y otra y otra vez.

— Me sorprendes Mortadela — Dijo Alex sin mirarme. Comenzó a caminar hacia el sofá.

Ya deja de decirme así.

Es estupido.

Lo seguí y lo tomé del brazo, luego bajé hacia su mano y la entrelace con la mía.

— Tu y yo tenemos una cuenta pendiente — Él esbozo una sonrisa perversa.

Mi humor de un momento a otro se puso de la patada, pero eso no significaba que mi cuerpo estuviera igual.

Mi cuerpo pedía calor, esos tragos me habían encendido un poco.

Guíe a Alex a la habitación en la que habíamos quedado utilizar, lo empujé en la cama.

Me acerqué y me senté sobre él, lo tomé por la barbilla y lo besé con todas las ganas que tenía.

Asimismo me moví un poco sobre su entrepierna causando que él me tomara por la cintura.

Volví a besarlo con más intensidad que antes.

Efímero [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora