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Alex entró detrás de Miria a la casa Hangrestt, él se notaba extremadamente nervioso gracias a la situación. Observó a Miria fugazmente y retrajo la mirada debido a que los ojos de ella ya se encontraban fijos en él.

Era una mirada cautelosa que lo examinaba, una mirada que investigaba cada rasgo del chico pelinegro.

Alex lo notó y carraspeó un poco causando que ella volviera su vista al frente.

El lugar era grande y espacioso, las paredes pintadas de un tenue color Lila y adornada con macetas de rosas blancas en mesitas cuadradas sin mencionar los retratos artísticos esparcidos por todo la sala de estar.

La sala se llenó de tensión gracias a las miradas indisimuladas de Miria, de Adeline a Alex, sus miradas iban y venían cautelosa dentro de su mente examinando cada rasgo de ellos dos.

Adeline se detuvo cerca de la cocina y cerca de ella había un chico.

Al parecer su hermano.

— Ya volví Karl — La chica de piel morena reposó su hombro en el muro a su lado, mordió su labio inferior y luego mordisqueó la uña de su pulgar — Miria, tu ya conoces a Karl. Alex ven — Ella extendió su mano hacia Alex y seguidamente el joven de cabello corto y ojos café oscuros hizo su entrada a la sala de estar secando sus manos con un trapo de cocina.

La tensión de Alex era notoria.

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"Sabes que te amo"

"El misterio de la existencia humana no radica en mantenerse vivo, sino en encontrar algo por lo que vivir".

F. Dostoiévski.

Alex.

Como si no fuera poco, a parte de estar en casa de Adeline ahora estaba conociendo también a su familia.

¿En que me metí?.

Además, Miria no ah dejado de vigilarme, creo que tiene algo en contra de mi.

Sequé mi mano en mi pantalón y se la extendí al chico, intenté esbozar una sonrisa y parecer lo más formal posible.

— Parece un robot — Dijo fijando sus ojos en su hermana y luego se dirigió a mi nuevamente apretando levemente mi mano — Karl Hangrestt, es un placer... ¿Tu eres...? —

— Alex Shaun, igualmente es un placer —

— Si quieres pretender a mi hermana te voy contando que así como vas llevas tres puntos menos —

Mi sonrisa se convirtió en una expresión confusa. Él pareció notarlo y siguió.

— Verás, a mi padre le agradan las personas alegres y extrovertidas y tu... Pareces un robot — Comenzó a reír junto a su hermana.

— No quiero pretenderla — Dije en un murmullo.

No estaba seguro.

Así que no podía ser firme en mis palabras, ciertamente estaba empezando a experimentar sentimientos nuevos en mi. Sentía más apego hacia ella y comenzaba a parecerme más atractiva a medida que la observaba.

Pero eso no significa que me esté enamorando.

O bueno.

Yo que sé.

Lamentablemente para ti si lo estás haciendo.

— No mientas Alexito... Desde que entraron se sintió la química — Hizo movimientos ágiles con sus dedos y enarcó una ceja junto a una sonrisa pícara.

Efímero [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora