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"No, estamos en Disney Land"

"Y me dí cuenta que el problema era yo, pues esperaba que todos hicieran por mí, lo que yo haría por ellos, y que amaran de la forma incondicional que suelo hacer, fue ahí donde entendí que yo debía cambiar".

Mike.

— Vamos Ginna, ven a mi casa... Allí podré mostrarte más dibujos —

— Te dije que hoy no puedo, estaré algo ocupada pero tal vez pueda ir mañana — Me observó con picardía.

Correspondí su gesto.

— ¿Puedo confiar en tu palabra? —

— No, dije "Tal vez"... No te aseguré nada cariño — Se rió un poco — Pero tranquilo, haré un esfuerzo por ir allá ¿Okey? — Sonrió.

La tomé de la barbilla y la sacudí un poco.

— Está bien, confío en ti, sabes, ya que recuerdo le pedí a Alex que viniera hoy a mi casa, aunque dudo que lo haga —

— ¿Qué tengo que ver yo con eso? —

Me observó dudosa.

— Que debería estar en mi casa en vez de estar en un parque caminando contigo, y tú deberías estar en el orfanato ayudando a llevar las cosas nuevamente a la academia —

— Si vamos a hablar de deberes, entonces tú no deberías estar llorando por una chica que obviamente no te amaba —

Auch.

— Eso dolió Ginna — Puse las manos en mi pecho dramatizando — Acabas de romper mi corazón —

Ella fingió una carcajada.

— No puedo romper algo que ya está destruido, esa chica te jodió —

Maldije a mis adentros.

— Me molesta un poco, pero tienes razón, no puedo contradecir eso —

Ella se detuvo para atar sus agujetas.

— Adison me contó que la idiota de Kara corrió detrás de ti luego de que te fuiste ¿Te alcanzó? —

Enarqué una ceja.

— ¿Para qué quieres saber? Chismosa —

Volvió a fingir una carcajada.

— Solo quiero saber si después de irte seguiste siendo idiota, y conociendo como eres apostaría que si —

Me rasqué la nuca.

— Di lo que quieras — Blanquee los ojos.

Su boca se cerró de golpe.

— No me digas que... — Se levantó — ¿Le diste otra oportunidad? —

— No fue exactamente así —

Me golpeó el hombro con fuerza.

— Idiota, se la estaban follando dos tipos y ella gemía como loca, ¿Aún así la perdonaste? — Hizo una mueca de asco.

Bufé.

— Rayos Ginna déjame explicarte — Fruncí el entrecejo.

— Primero, no me llames Ginna, llámame Nick, segundo, un idiota como tú no tiene el honor de llamarme por mi primer nombre y tercero... Te oigo —

— ¿Nick? ¿Porqué? — Arrugué el entrecejo.

— La que está preguntando soy yo, así que cállate y explica —

Efímero [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora