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"Tenemos mucho trabajo mejor amigo".

"Amo mi soledad, y si te ofrezco mi amistad no es por falta de compañía, es porque realmente te
aprecio."

— Ivan Sotelo.

Alex.

Nuestras miradas se cruzan en un encuentro fugaz, el lugar está oscuro asi que tan solo puedo ver su silueta y una parte de su rostro siendo iluminada por la tenue luz solar que se cuela por los pequeños agujeros de esta casa...luego nuestras miradas se reencuentran en un gesto sorprendido y se nota en ambos que el lugar, y las circunstancias, son algo un tanto incómodo ¿Y cómo no serlo? Siempre nos encontramos en situaciones comprometedoras y absurdas...

Bien, a veces el destino puede ser cruel y despiadado.

O tal vez generoso.

Doy un paso adelante para poder verla mejor, ella está cerca de uno de los agujeros en el techo y solo así puedo verla con más claridad, sus labios tiemblan y todo su uniforme está empapado, ella se detiene y endereza su postura, mantiene su distancia y sus ojos se posan directamente en mi. La verdad no sé que hacer, no sé que decir, no me esperaba que esto pudiera pasar... Es el escenario menos pensado.

Me quedo observando su silueta por un momento. No me canso de decir que sus curvas son impresionantes.

Su piel está algo palida por el frío y al verla con más atención noto como su cuerpo tiembla.

— Rihan — Mi voz suena más grave de lo normal.

— Alex — Suelta con desgano y eso llama mucho mí atención, doy un paso adelante y ella evade mi mirada.

— Estás temblando, yo no estoy tan mojado... Ponte mi chaqueta —

Ella frunce los labios — De verdad te lo agradezco pero no podría... No podría aceptarlo — Niega con ambas manos.

— Vamos Rihan, hace mucho frío — Insistí. Me quité la chaqueta y la sacudí un poco, estaba algo húmeda pero seguro podría disminuir un poco el frío en ella.

Dió un paso atrás y seguía negando con ambas manos, sus ojos se veían algo rojos y no dejaba de temblar.

¿Se sentirá mal?.

— Ey, ¿Qué pasa? — Ya no podía ocultar la preocupación en mi tono de voz, tampoco hacía un esfuerzo por hacerlo ya que de verdad me preocupaba.

Soy alguien diferente cuando ella está cerca...

— Alex, no quiero ser grosera pero de verdad no puedo aceptarlo ¿Okey? De verdad agradezco mucho tu intención y eso... Gracias — Sonaba sincera. Me quité mi chaqueta y la dejé en el suelo a mi lado, me senté en el piso y estiré mis pies con comodidad.

— Entiendo, pero deberías sentarte, no parece que va a dejar de llover por ahora — Chasquee los dedos — Por cierto, alejate de los agujeros del techo, podría caer algún pedazo de madera en tu cabeza y no quiero que me acusen de haberte asesinado, además, deberías dejar de mojarte —

Ladeó la mirada directo al suelo nuevamente y pareció quedarse absorta en pensamientos.

Ella caminó hasta quedar a dos o tres pasos de mi y se sentó también, su mirada no era para nada dulce, se veía enojada.

— ¿Todo bien? — Pregunté.

— Es solo... — Sacudió su naríz.

Esto me hace sentir mal...

— ¿Solo...? —

— Perdóname por haberte tratado mal antes... Es solo que la manera en la que nos conocimos me hizo pensar que ibas a odiarme o tenerme lastima —

Efímero [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora