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"Mi nombre es Alex, y pues, soy Alex".

"El momento más solitario en la vida de alguien es cuando ve cómo su mundo se desmorona, y todo lo que puede hacer es mirar fijamente".

— Scott Fitzgerald.

Adison.

...

Me tiro con brusquedad cayendo de cara contra mi cama, me siento frustrada y estúpida.

El chico con el que empecé a salir es muy lindo, incluso se acerca a mis espectativas pero no puedo corresponderle por completo, aún no eh podido deshacerme de ese pequeño sentimiento que eh intentado ignorar por tanto tiempo...

Sé que solo es una pequeña confusión, antes me ah pasado así que no es para tanto.

Apreto mi almohada contra mi rostro y me volteo para quedar boca arriba.

— Es solo una confusión ¿Verdad? — Sonrió a la nada mientras dejo salir algunas lágrimas, a veces el peso de los sentimientos simplemente se desborda.

El silencio es el único que llena mi habitación, hago lo posible porque mis sollozos queden ahogados con la almohada, mi mamá no entendería las razones de mis lágrimas, prácticamente nunca lo hace por mucho que le expliqué lo que siento.

Me doy vuelta y veo mi celular, hay un mensaje en el.

Alexito<3: Perdón por no estar.

Apago la pantalla del mismo y doy un suspiro. Cierro los ojos y dejo que las demás lágrimas broten sin ninguna interrupción.

Estúpido Alex...

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Alex.

Bueno, ah sido un día bastante incómodo pero extrañamente agradable, no puedo quejarme.

— ¿Te veré luego en la academia? — Pregunta Mike a punto de entrar a su casa.

— Si, nos vemos allá — Doy una sonrisa de boca cerrada y sigo mi camino.

No entiendo cómo es que ah salido de esa casa con tan buen humor, después de todo pasé todo el almuerzo hablando con Taylor y él no tuvo tiempo para acercarse a ella. Pasó días inquieto por nuestra cercanía y de un momento a otro solo lo hace de menos... ¿Raro?. Completamente.

Sigo camino a mi casa y hago a un lado todos mis pensamientos para evitar caer en guerra nuevamente, a veces pueden ser tan contradictorios y dolorosos que me causan dolores físicos. Abro la puerta y la cierro detrás de mí.

— ¿¡Hola!? — Grité a ver quien se encontraba dentro de la casa, mi voz resonó e hizo eco por toda la sala hasta que oí un grito desde la cocina.

— ¡¡Aquí!! — No era la voz de mi madre pero sonaba muy familiar.

Me adentré al lugar mencionado y allí estaba Stella, abrí los ojos con sorpresa y ella pareció notarlo.

— Tranquilo, solo vine a almorzar con tu madre, pero ella tuvo que salir a buscar a Dina —

— Ash, Dina va a volver — Hice una mueca de desagrado.

Frunció el ceño — ¿Te molesta tu hermana? —

— No es eso... O bueno, si, ya que ella es demasiado... Cariñosa y yo no soy mucho de demostrar afecto —

Evadió mi mirada — Hablemos de eso —

Suspiré y me senté frente a ella, apoyé mis codos sobre la mesa y la observé a los ojos.

Efímero [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora