Capítulo Seis "Existir"

547 48 12
                                    

Llegamos juntos al laboratorio sin decir nada más de lo sucedido, ahora debíamos concentrarnos en el trabajo. La cita era a las tres de la tarde en un restaurante cercano a Central Park.

—Bien—dijo Anahí entrando a la sala—, la huella coincide, es él.

—Lo siento Dulce, pero no podrás cancelar como querías si no era el sospechoso—rio Gary.

Vi a Christopher, viéndome fijamente ante ello, solo le sonreí, acción que imitó y continué con lo mío.

Salimos hacia el restaurante con tiempo suficiente para instalarnos, había quedado con el sospechoso que llegaría ahí así que solo era esperar a que el hombre llegara desde una calle antes.

De nuevo fingiría ser mi guardaespaldas, ambos estábamos en un auto y sentía que quería decirme algo pero todos escucharían.

Vi que escribió algo en su libreta de casos y me lo extendió.

"Aunque no alcanzarán a ver el menú, aun así tendrás que hacer algo con los celos."

Sonreí pidiéndole su bolígrafo.

"Los cuales no sientes."

De nuevo escribió algo.

"De acuerdo, no estoy celoso, pero cualquier pretexto es bueno para besarte, te ves hermosa."

Volteé a verlo y le pedí que se acercara con un simple movimiento de mi dedo índice, por supuesto lo hizo, así que sin pensarlo lo besé y él claro que lo correspondió. Tomé el bolígrafo de su mano y de nuevo escribí.

"Mi departamento, después del trabajo, llevas el vino."

Sonrió, volteó a verme asintiendo, un corto beso y escuchamos la voz de Christian avisando que el sospechoso llegaba.

—Estaré cerca—dijo antes de bajar.

—Lo sé—le guiñé un ojo, sonrió, bien, entendió mi doble sentido.

Entramos al lugar con la medida distancia y entonces lo vimos, esperando con una sonrisa.

—Se le va a borrar en menos de cinco minutos—lo escuché por el auricular.

—Ni el menú veremos—respondí discretamente y llegué a la mesa.

Christopher se quedó cerca de una columna y yo caminé hacia donde Edward me esperaba, de pie, el hombre que saldría de ahí esposado.

—Lamento llegar tarde—me disculpé cuando estuve frente a él.

—Por una mujer como tú esperaría toda la vida—respondió besando mi mano.

—Por supuesto, en la cárcel—escuché a Christopher y varias risas en el auricular.

El menú llegó, y yo solo esperaba el momento en que Gary diera la orden de entrar, pero nada pasaba, eso era extraño; sentí una pequeña pero molesta punzada en mi oído derecho, entonces el hombre frente a mí emitió una discreta risa.

—Se te pasará rápido, es solo la descarga eléctrica de tu auricular al freírse dentro de tu oído.

— ¿Qué? —lo vi confundida sintiendo otra punzada— ¡Auch!

— ¿Ves esto? —me mostró un aparato que sacó de su chaqueta— Desactiva todos esos aparatitos ocultos, mejor quítatelo, te puedes lastimar. Sé que eres policía y que estás aquí para arrestarme, pero eso no pasará, ahora tu equipo no puede escucharnos, ni tú a ellos.

Intenté voltear a ver a Christopher pero su mano sobre mi brazo me detuvo.

—Tu novio no podrá ayudarte—lo vi confundida—, otro policía, anoche lo vi con el detective Monroe, después lo vi entrando contigo a tu habitación, no sabía que besarse y tener sexo era parte del trabajo de un guardaespaldas—rio—, eso me hizo investigar un poco, y aquí estamos, detective Dulce Espinosa, ahora, si no quieres que alguien de aquí salga herido vas a hacer todo lo que te diga.

Delito de Amarte (Vdy) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora