Salí de su departamento después de desayunar juntos, ese día tenía que ir al hospital a revisión, esperaba poder tener un rato libre y acompañarla. Teníamos un caso abierto, y por la ausencia de Dulce tenía más trabajo que hacer.
Afortunadamente pude hacerlo. Salí de la estación hacia mi auto cuando una voz me detuvo.
— ¿Disculpa? —me llamaron por lo que volteé.
— ¿Sí? —entonces lo vi, era el ex novio de Dulce.
—Una pregunta—asentí—. ¿Cómo está Dulce? Supe lo que pasó.
—Está mejor, ya regresará a la oficina en unos días.
—Me alegro—sonrió—, dele mis saludos detective, por favor.
—Claro—arqueé una ceja.
—Con permiso—caminó al interior del edificio.
— ¿Y este qué?
Bufé y terminé mi camino hacia mi auto, Dulce ya me estaba esperando.
—Hola cariño—me acerqué dándole un beso en cuanto abrió la puerta.
—Hola—sonrió abrazada a mí— ¿Cómo va todo en la estación?
—Tranquilo, arrestos sencillos, otro día aburrido sin ti bromeando ahí junto a mí.
—Ya pronto me tendrás ahí de nuevo.
—Al fin—reí dándole otro beso un poco más largo que el anterior.
—Tengo que ir al hospital ¿recuerdas? —dijo sobre mis labios haciéndome reír.
—Vamos.
Su recuperación iba de maravilla, habían retirado los puntos y ya podría regresar a trabajar, por ahora, solo a la oficina, eso la tenía feliz, ya no se aburriría en casa y yo tampoco en la oficina.
Sentí que la luz volvió a la oficina cuando la vi en su escritorio aquella mañana, sonreí instintivamente y coloqué el conocido vaso sobre su mesa.
—Buenos días cariño—saludé viéndola tomar el vaso.
—Ahora sí lo son—sonrió y me guiñó un ojo.
Ese día llegó un caso nuevo así que estuvimos ocupados en ello, por supuesto ella no pudo salir mucho de ahí, solo al restaurante donde comimos o al laboratorio.
—Odio perderme la diversión—bufó cuando salía con Christian por un sospechoso.
—Ya volverás Dulce—rio Christian—, en menos de lo que crees—caminó hacia el auto dejándonos solos.
—Descuida—dije en su oído—, al rato me encargo de que pases una noche divertida.
—Lo espero con ansias—sonrió, le guiñé un ojo, un rápido beso y alcancé a Christian.
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Regresé a mi escritorio y me dispuse a revisar algunos archivos que Anahí había mandado, bien, eso me tendría ocupada un rato.
Los vi entrar con el sospechoso esposado y directo a la sala de interrogatorios.
Moría de hambre, solo estaba esperando que saliera de ahí para ir a comer, afortunadamente no tardaron tanto, el sospechoso no era el asesino que buscábamos.
— ¿Lista para ir a comer amor? —preguntó sacando mi mente del archivo en mi monitor.
—Sí—volteé a verlo—, tengo mucha hambre.
—Vamos entonces—rio viendo mi expresión.
Tomó mi mano saliendo de ahí y caminamos hacia el restaurante al que íbamos con frecuencia.
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Delito de Amarte (Vdy) ©
RomanceNueva York, la ciudad que no duerme, y tampoco el crimen, afortunadamente los detectives e investigadores del laboratorio criminal tampoco. Dulce y Christopher han sido compañeros y amigos durante un año y nada más allá, al menos hasta que alguien d...