Capítulo Cinco "Celos"

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El día de la fiesta llegó, sería en el hotel Loews Regency, mi habitación sería una ejecutiva mientras que el equipo lo instalaron en una suite en el piso de abajo así como las habitaciones de ellos. Tenía que prepararme para ello y ver la manera de ocultar el micrófono debajo del vestido y debía revisar el plan de nuevo.

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Fui a su habitación a ultimar detalles y la instalación del micrófono y auricular, abrió la puerta usando una bata de baño, tenía el cabello suelto y en ondas, maquillaje un poco más cargado y sin lentes, se veía tan sexy con ellos, pero al parecer ese día había decidido usar los de contacto, sus hermosos ojos color miel se apreciaban mejor y contrastaban muy bien con la sombra de sus párpados.

—Hola—sonrió—, pasa, casi termino.

—Linda habitación—vi todo alrededor.

—Gajes del oficio—me guiñó un ojo y caminó hacia la recámara—, ahí está el archivo, voy a terminar de vestirme.

—Claro—asentí.

No cerró la puerta y en un momento que me levanté por un poco de agua la vi, se había quitado la bata y caminaba por el vestidor, me quedé pasmado, era preciosa, usaba un conjunto negro, de encaje y bastante sexy, sacudí la cabeza y regresé al sillón continuando con mi trabajo.

—Christopher—me llamó desde la recámara.

— ¿Sí? —respondí desde el sillón.

— ¿Puedes venir un momento por favor?

—Claro—entré viéndola frente al espejo—, wow.

— ¿Qué? —sonrió a través del mismo.

—Te ves espectacular—la observé detenidamente.

—Gracias, pero ayúdame con el cierre.

Me acerqué entonces, el olor de su perfume floral me invadió por completo, tomé el cierre subiéndolo lentamente por toda su suave espalda aprovechando para acariciarla mientras lo hacía.

— ¿Ya te colocaste el micrófono? —pregunté viendo su rostro por el espejo.

—Sí—asintió—, revisemos si llega la señal.

— ¿Por qué no llegaría? —arqueé una ceja— ¿Dónde lo pusiste?

—Es un lugar muy oculto—curvó una sexy sonrisa que solo acrecentó mi confusión—, en mi sostén Chris—rio—, por el roce de la tela puede haber interferencia.

—No juegues así conmigo—la tomé de la cintura girándola de frente a mí.

— ¿Quién dijo que estoy jugando? Que tú pienses mal es diferente.

—De acuerdo, admito mi culpa—reí—, veamos si funciona entonces.

Todo bien con los dispositivos, era hora de que hiciera lo propio, mientras me vestía solo podía pensar en ella, primero, con solamente esa lencería tan sexy, y después, con ese vestido que se adhería a su cuerpo como un guante, negro, largo con una sexy abertura en su pierna izquierda, las delgadas tiras que lo sostenían a su cuerpo y ese recto escote por el cual una discreta pero atractiva parte de sus senos se asomaba, quería besarla, estar con ella en ese instante, pero debíamos trabajar, era hora.

Llegué a su puerta tocando un par de veces, salió unos segundos después esbozando una sonrisa en cuanto me vio.

—Vaya—me vio de arriba abajo—, estoy segura que más de una querrá robarse a mi guardaespaldas esta noche.

—Imposible que eso pase—reí—. ¿Vamos?

—Sí, a trabajar.

Entramos al salón manteniendo la distancia normal que un guardaespaldas tomaría, vi a Gary y Christian al otro lado del salón como si fueran otros invitados, mientras, Alfonso y Anahí se quedaron en la habitación donde estaba todo el equipo de monitoreo. Nuestros ojos iban y venían de un lado a otro buscando algún sospechoso, nada hasta ahora.

Delito de Amarte (Vdy) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora