Solo me separé de él cuando nos subieron a diferentes ambulancias, me habían dado un par de punzadas más en el camino, pero eso no evitaba que pensara en Chris, las lágrimas no dejaban de salir de mis ojos y el miedo se negaba a abandonarme, ¿cómo estaba?, ¿qué pasaría con nuestro bebé?
La ginecóloga comenzó a revisarme, no podía controlar mis nervios y ni mi temor.
—Dulce—me llamó la doctora—, sé que estás preocupada por Christopher, pero necesito que te relajes un poco.
—No puedo—pude decir a pesar del nudo en mi garganta.
—Sí puedes, solo un poco, te prometo que en cuanto termine saldré a investigar cómo está.
Estaba harta de estar ahí acostada, viendo el techo, sin poderme levantar y aun sin noticias de él, mi madre acababa de salir de la habitación, intentando, por cuarta vez, a pedir información sobre Chris. Después de la revisión la doctora consideró necesario que pasara un par de días internada.
— ¿Te dijeron algo?—pregunté a mi madre en cuanto entró.
—Ya terminaron la cirugía—asintió—, por ahora está estable, pero aún no ha recobrado el conocimiento, estará bien hija, es un hombre fuerte.
—Sí—suspiré—, lo es—traté de convencerme a mí misma de ello.
— ¿Tú cómo te sientes?
—Culpable, frustrada—resoplé—, si hubiera dejado que Chris la procesara como él quería esto no estaría pasando.
—Tú no tienes la culpa hija—tomó mi mano—, ni él, la única culpables es esa Tania.
— ¿Qué ha pasado con ella?
—Está detenida, dudo que tu jefe la deje ir, ya la procesaron y tienen un caso sólido, o eso dijo la rubia, Anahí.
—Bien, espero que no salga nunca de prisión.
Eran casi las cuatro de la mañana, y por supuesto no podía dormir, quería verlo, necesitaba verlo, estar a su lado. Las horas pasaban tan lento, ya no aguantaba. Intenté levantarme, pero una pequeña punzada me detuvo.
— ¡Maldita sea!—bufé frustrada.
El sol al fin salió, y yo estaba de malas, para variar, ese día tendría que haber sido muy distinto, debería haber despertado de excelente humor, habría sido el día de nuestra boda, pero claro, la estúpida de Tania tenía que salirse con la suya y arruinarlo todo, solo esperaba que por su agresión de la noche anterior y el secuestro falso pasara unos buenos años encerrada.
—Buenos días Dulce—saludó mi doctora entrando.
—No le veo nada de buenos—suspiré viendo el techo.
—Lo sé—suspiró—, deberías estarte preparando para tu boda, pero, ¿mejoraría si te llevo con Christopher?
— ¿Cómo dices?—entonces sí la vi, llevaba con ella una silla de ruedas.
—No puedes hacer esfuerzos, pero sí te puedo llevar en esto—sonrió acercándose.
—Gracias por esto Janet—mis ojos se llenaron de lágrimas.
—Vamos—me ayudó a levantarme, con mucho cuidado y a acomodarme en la silla—, ya que no podrán casarse hoy, al menos sí podrán pasar el día juntos, no tarda en despertar y estoy segura que querrás estar ahí.
La hora de visitas aun no comenzaba, así que estaría yo sola con él, lo vi, en esa cama, estaba vendado del abdomen y varios cables conectados a su pecho, aún estaba inconsciente.
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Delito de Amarte (Vdy) ©
RomansaNueva York, la ciudad que no duerme, y tampoco el crimen, afortunadamente los detectives e investigadores del laboratorio criminal tampoco. Dulce y Christopher han sido compañeros y amigos durante un año y nada más allá, al menos hasta que alguien d...