XV. Para siempre, tu papá

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14 de agosto de 2003 ( actualidad )

—Voy a hacerlo.

—Sobre mi jodido cuerpo muerto.

—¡No me tientes, maldita sea!

—¿Vas a intentar derrocar a tu Alfa, mascota?

Remus suspiró profundamente y tiró el pergamino sobre la mesa, junto al paquete que había llegado dos días después de la nota. Estaba preparado para aturdir a Fenrir y desaparecer de allí, pero el hombre sin duda lo seguiría y lo arrastraría cuando el hechizo se acabara.

—Eres mi compañero , no mi amo-

—Yo también soy tu Alfa y esta manada sigue mi liderazgo-

—...así que te agradecería que tuvieras algo de fe en...

—Tengo fe en ti, pero eso no significa que esté dispuesto a dejarte-

—¿'déjame' ? Santo cielo, Fen, ¿estoy atado ahora? ¿Te gustaría encerrarme en una jaula?—Remus gruñó, y Fenrir le respondió con un gruñido de advertencia.

—¡Solo quiero que estés a salvo! ¡Perdóname por ser reacio a enviarte en una loca misión para entrar en un maldito banco!

—¡Es importante! Nadie más puede, Fenrir. Así que, por favor, gran Alpha, 'déjame' hacer mi parte—Espetó, arrojando las palabras a la cara del otro hombre con amargo sarcasmo. Greyback levantó las manos con frustración y se tiró de nuevo en el taburete al lado de la mesa.

—Papá, ¿tú y Alpha están peleando de nuevo?—La cabeza de Teddy se asomó por la puerta de entrada, su cabello tenía un sorprendente tono magenta.

—¿Vez? 'Otra vez' Fenrir. Justo lo que queremos: que nuestro hijo piense que no hacemos nada más que pelear —le susurró Remus, con los brazos cruzados sobre su torso. Volvió a mirar al niño de cinco años y le ofreció una sonrisa—Solo un desacuerdo entre nosotros los adultos, Cariño. ¿Me necesitas ahí fuera?

Teddy meneó la cabeza, luciendo dubitativo. 

—Nah, estoy jugando con los gemelos y Shawna. Queríamos saber si podíamos bajar por el río.

—Claro campeón, pero asegúrate de que los gemelos y Shawna también tengan el permiso de sus padres—le dijo Fenrir con una voz más tranquila de la que había estado usando en su intercambio con Remus.

—Y quiero un adulto ahí abajo contigo, Teddy. ¿Quizás Malika? O... —Teddy puso los ojos en blanco.

—Sí, papá—murmuró, deslizando la cabeza hacia afuera y cerrando la puerta detrás de él.

—'Otra vez'. Dijo 'otra vez' —repitió Remus, exhalando ruidosamente y Fenrir resopló. Levantó la mano para tirar de él hacia su regazo, causando que Remus resoplará y balbuceará indignado. ¡Era un hombre adulto de cuarenta y tres años, por el amor de Dios! Complació al hombre al no resistirse, pero colocó una mano firme sobre un pecho sólido, sin permitir que se acercara demasiado.

—No quiero pelear contigo. Necesito que trabajes conmigo aquí. Tengo que hacer esto, Fenrir. Lo digo en serio.

—Podría ser una trampa—le dijo obstinadamente el otro hombre. Remus lo miró boquiabierto.

—¿No acabamos de repasar esto? ¡No es una trampa!—Se inclinó para arrebatar la nota de la mesa y la blandió frente al rostro pétreo del hombre corpulento.

—¿Cómo diablos podría Potter enviarte una carta si la Serpiente-Cabrona lo tiene escondido?

—¡La carta completa no es de Harry! Solo esto es—señaló el mensaje corto en la parte inferior, con una letra que difería de la de Snape.

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