XI. Nunca dejes que te rompa

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Actualidad: 31 de julio de 2003

—Feliz cumpleaños, mi dulce niño—susurró Harry al oído de su hijo antes de besarlo con ternura en la mejilla. Hyperion sonrió felizmente y lo apretó alrededor del cuello, sus pequeñas piernas envolvieron la cintura de su papá mientras Harry se enderezaba.

—¡Feliz cumpleaños a ti también, papá!—Chirrió felizmente—¡Te hice una tarjeta! ¿Ves?—Le entregó el pergamino doblado a Harry con orgullo, quien a su vez tuvo que sentar al niño en su silla en la mesa para tener uso de ambas manos—Draco me ayudó a escribir las palabras, porque todavía no soy muy bueno en ortografía. ¡Sin embargo, hice el dibujo yo solo!

Harry miró la tarjeta hecha a mano. En el frente, con la elegante escritura de Draco "¡Feliz cumpleaños, papá!" fue escrito entre los corazones toscamente dibujados por la propia mano de Hyperion. Harry sonrió y abrió la tarjeta con cuidado, mirando los círculos, los puntos y las líneas que formaban dos figuras de palitos, una más pequeña con cabello castaño claro y otra más grande con cabello negro azabache.

Gracias por ser mi papá.

Te amo mucho.

Con amor, Hyperion.

Hyperion había firmado su propio nombre con su garabato infantil.

Harry sintió que se le encogía el corazón. cuatro. Ahora su hijito tenía cuatro... y era tan inteligente y bien hablado, tan gentil y encantador. Fue agridulce para Harry; algunos días descubrió que extrañaba desesperadamente al pequeño bebé que solía mecer en sus brazos... y luego, después de ver a ese pequeño bebé crecer y convertirse en una personalidad notable y un alma gentil, Harry decidió que todo el tiempo que había pasado definitivamente había valido la pena. Claro que las cosas no eran ideales, pero encontraría una manera de mejorar las cosas para su hijo.

De alguna manera, algún día.

—Esto es hermoso, Hyperion. Me encanta... gracias, bebé—dijo Harry amablemente, besando la parte superior de su cabeza.

Los ojos de Hyperion se iluminaron ante el elogio.

—¿Es el mejor regalo que has recibido?—Preguntó emocionado, rebotando ligeramente en su asiento.

Harry sonrió y apartó el pelo de los ojos verdes del chico.

—Es lo segundo mejor, amor. Fuiste, con diferencia, el mejor regalo que he tenido jamás—El niño de cuatro años casi resplandeció por el alabó.

Su felicidad no duraría, descubrió Harry menos de cinco minutos después, cuando una fría presencia apareció de repente detrás de él.

—Bueno, ¿no es esto acogedor?

Su sangre se heló.

•••

Flashback : 31 de julio de 1999

—Llama a Severus.

Lucius prácticamente salió disparado de la habitación ante las palabras de Narcissa.

—Esto no es... ¡el bebé no nacerá hasta dentro de un par de meses!—Harry gimió.

Con un macho es un poco más complicado. Debido a que el útero es solo temporal, el feto es más vulnerable dentro de él. No podemos retirar al bebé hasta que comience el trabajo de parto, una señal segura de que está listo para nacer... si se trata de un trabajo de parto prematuro, entonces la tasa de supervivencia es mucho menor. Muchas cosas pueden salir mal en el embarazo masculino, quizás porque va en contra de las leyes de la naturaleza...

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