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Casa de la familia Robbins - Seattle

Bárbara Robbins, la matriarca de la familia estaba sentada en el salón hablando con su sobrino Gersen sobre flores, oh cómo le gustan las flores, pronto Timothy, su hijo menor, se sentó al lado de su madre para darle su medicina y cogiendo la conversación en medio, comentó cómo a su madre le gustan los girasoles y de forma melancólica, contó cómo su padre solía traer girasoles a casa todos los días para ella cuando volvía del trabajo. Los tres estaban charlando alegremente hasta que un mini huracán rubio bajó corriendo las escaleras y pasó junto a ellos dirigiéndose a la puerta gritando.

- El coche de la tía Ari acaba de entrar en la calle.

- ¡Cálmate, Alicia! No hay que correr. - Timothy advirtió a su hija.

- Nunca he visto tanto amor por esta tía. - dijo Bárbara y Gersen se rió. - ¿Y ese corazón sigue latiendo por mi hija?

El chico sonrió tímidamente.

- Sabes que sí, tía.

mientras tanto en el coche

Arizona estaba escuchando una canción muy tranquila y tarareando suavemente, cuando entró en la calle de su madre, la música cambió a una más agitada, y la rubia subió el volumen a través del volante y tarareó un poco, hasta que la música cesó.

- ¡Me has despertado! - se quejó Callie mientras se pasaba la mano por la cara e intentaba arreglarse el pelo.

- Olvidé que estabas allí. - la rubia se encogió de hombros.

La morena la miró estupefacta.

- ¡Eres insoportable! - declaró.

- Lo que sea, Torres. - señaló el portón que se abrió para dejar pasar el coche. - Estamos aquí.

Callie estaba a punto de hacer una broma pero sintió que el coche se detenía.

- ¿Vas a dejar el coche aquí fuera? No voy a llevar tus cosas.

-Callie... - Arizona la llamó respirando hondo y la morena la miró. - Odio tener que pedirte cosas, te odio, pero esto va más allá de mí, de todos modos, mi madre está enferma, muy enferma, no quería tener que decirle que me casé borracha en Las Vegas, y ella sabe que no bebo y sabe que te odio, pero nuestros amigos y familiares se  tendrán que enterar, ¿podemos decirle que nos casamos en secreto porque tuvimos que mantener la fama por los medios de comunicación?

Callie la miró durante unos segundos.

- Lo haré por tu madre.

Arizona no dijo nada y volvió a poner en marcha el coche y entró en el patio, su sonrisa fue gigante cuando vio a su sobrina/hija esperándola en la puerta.

- ¿Quién es esa niña? - preguntó la morena.

- Es mi sobrina y ahijada, sé amable con ella. - dijo Arizona con enfado.

Y Callie levantó las manos.

- Lo que tú digas.

Arizona detuvo el coche frente a la puerta de la casa y apagó el coche, la rubia salió primero y fue recibida con gritos y abrazos de su sobrina. Callie vio eso y se paró a pensar, cómo Arizona podía ser así, en realidad, la morena pensó mil cosas mientras miraba a Arizona que tenía una sonrisa gigante y hablaba con su sobrina abrazándola y dandole besos en toda la cara.

La rubia la llamó "esposa" y finalmente Callie respiró hondo al ver que iba a tener que salir del coche, así que se pasó una mano sudada por los vaqueros y salió del coche arreglándose el pelo y vio como la niña susurraba algo al oído de su tía y Arizona se reía susurrando.

- ¿Puedo saber lo que tanto susurran las chicas allí?

- Le dije a la tía Ari que no pareces un monstruo como ella me dijo. - Dijo la pequeña rubia.

Callie abrió la boca indignada y llamó a la chica y la bajó a su lado.

Alicia miró a Arizona que asintió y luego la chica fue a la morena.

- Es solo que tu tía está muy enamorada de mí,dijo eso para que nadie me robara. - Dijo Callie y le sonrió a la rubia.

Arizona puso los ojos en blanco y se sintió enojada con la morena por tener esa sonrisa de suficiencia en su rostro, si Robbins quería la esposa perfecta para mostrarle a su madre tendría que tragar muchas cosas.

- ¿Es cierto, tía Ari? -asintió la rubia de muy mala gana - No iba a robarla, no puedes tener secretos conmigo, tía.

- ¿Puedes perdonarme?

- Vale, ahora la abuela realmente quiere verte.

La rubia sonrió y se dirigió al auto y le entregó la bolsa que Callie le había traído para que la tomara y tomó la suya, vio a la morena tomar un ramo de Girasoles del asiento trasero y se sorprendió, ambas entraron y saludaron a los tres adentro, todos estaban sorprendió ver la presencia del la poderosa Torres en el mismo ambiente que Arizona.

- ¿Callie Torres? - Timothy fue el que se atrevió a preguntar.

Las dos se miraron y Arizona se dirigió al lado de la morena.

- Es un placer conocerte. - la morena sonrió, y le entregó el ramo a la madre de Arizona. - para la señora. - sonrió.

- Ah, hija. - la rubia mayor se secó una lágrima. - Muchas gracias.

Arizona sonrió recordando a su padre, pero inmediatamente volvió a la realidad cuando escuchó la voz de su sobrina.

- Qué hermoso anillo, tía Ari. - Dijo señalando la alianza de la rubia y Tim se quedó mirando, Gersen intentó apartar la mirada y doña Bárbara miró directamente a su hija.

- Papá, papá. - la rubia corrió hacia el regazo de Tim. - La tía Ari está enamorada de ella. - señaló a la morena que estaba casi escondida detrás de Arizona.

- ¿QUÉ? - Gersen casi gritó.

- Arizona, querida, ¿hay algo que quieras decirnos? - preguntó la matriarca de los Robbins.

La rubia miró a Callie, que tragó en seco.

- Bueno, familia, esta es Calliope Torres, mi esposa.

Un silencio incómodo reinó en la casa.

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