juegos de poder

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El dolor de una madre cuando pierde un hijo es paralizante, se siente como si alguien te hubiera mutilado, sin anestesia, sin nada. Se siente como si te hubieran arrancado medio cuerpo. Y así es como se sintió Arizona cuando perdió a Sofía, Así se sentía cada vez que recordaba ese momento. Durante mucho tiempo creyó que era débil, incapaz de todo, tuvo asesoramiento psicológico durante un tiempo y fue mejorando, Estaba haciendo grandes progresos, hasta que llegó este viaje que desencadenó este matrimonio, este embarazo, todo este lío.

La mente de la rubia era un lío, un auténtico caos, pero de una cosa estaba segura, ese dolor no lo volvería a sentir, no se permitiría pasar por ese dolor, pondría fin a ese embarazo.

- Sra. Arizona Torres. - la enfermera de la clínica dice el nombre de la rubia y se sorprende de tener a alguien como ella en una clínica no tan segura.

Se acomoda el bolso al hombro, rechaza la décima llamada de Calíope y se levanta.

- Soy yo. - sonrió débilmente.

- ¿Estás sola? - preguntó la enfermera y la rubia sólo asintió. Y la enfermera le hizo sitio para entrar en la habitación.

*****
Callie se paseaba de un lado a otro en su despacho y ya había gritado a todo el mundo después de recibir una llamada de Penélope advirtiendo sobre lo que pedía Arizona, Mark habló con el personal y se disculpó por el comportamiento de la morena alegando que tenía problemas en casa y de ahí el estrés.

- ¿Srta. Torres? Siento molestarla...

- Sólo dilo, Lexie.

- La Sra. Minnick está aquí y le gustaría hablar con usted.

Callie respiró hondo y tiró la carpeta sobre la mesa.

- Hazla pasar.

Lexie asintió, pero antes de marcharse volvió diciendo que Addison quería hablar con ella, y la morena asintió. Segundos después de que Lexie se fuera, una Eliza con un vestido rojo escotado y tacones negros entró en el despacho de Calliope.

- ¿Qué haces aquí, Minnick? Hoy no es un buen día. - dijo Callie con firmeza y se sentó.

- Vaya. Qué tensión, Callie. ¿Qué está pasando?.- preguntó, acercándose a la morena y masajeando sus hombros.

- No voy a hablar contigo de esto. - Respiró profundamente y cerró los ojos.

- Deberías, estás muy tensa. - Apretó más los hombros de la morena haciéndola soltar un gemido y sonrió, sería fácil hacer que Callie se rindiera. Se inclinó un poco y le susurró al oído. - Tal vez pueda ayudarte.

Callie abrió los ojos y giró su silla para mirar a Eliza. La heredera del imperio Minnick se inclinó más hacia Torres.

- Eliza, no estoy teniendo un buen día.

- Puedo hacer que sea un buen día, Torres. Sólo - llevó su mano al cinturón de Callie - relájate.

Torres apartó ligeramente la mano y se levantó.

- Si esto es un juego de poder, créeme, tengo más poder sobre mi cuerpo del que crees. - Se pasó la mano por el cabello y se lo echó hacia atrás. - Así que, si no has venido a tratar nada profesional conmigo, ya sabes la forma de salir, es la misma por la que has entrado.

Eliza estaba atónita.

- Basta, Torres. Sé que tu matrimonio es un espectáculo, no necesitas fingir fidelidad. - Se acercó a Torres, que estaba de espaldas a ella, y le pasó las manos por la espalda. - Puedes hacer todo lo que quieras con mi cuerpo es tuyo.