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Callie Torres tenía como pasatiempo favorito odiar a Arizona Robbins desde que esta última arregló todo para una posible asociación entre las empresas pero exigió demasiado generando varias interminables discusiones y así hacer una horrible rivalidad, este acuerdo que apenas recordaba haber firmado era como su trofeo, haría cualquier cosa para que Arizona renunciara y que ella se hiciera cargo de su empresa, se mantendría firme hasta el final. Con lo que no había contado es con que en todo esto empezaría a notar los cambios de humor de la rubia, y preocupado. En los últimos 10 días, se convivió mucho con Arizona en sus primeros tres días de convivencia, Pero entonces la rubia simplemente llegó a casa al amanecer, sólo para no tener que cruzarse con la morena, en los dos últimos días la rubia  Se comportaba más extraño, ayer llegó temprano, su cara estaba roja y simplemente cogió una muda de ropa y se fue advirtiendo que dormiría en casa de April para estar con su ahijada. Hoy, el reloj marcaba las 18:45 cuando la rubia entró en la casa y vio a Torres poniéndose los zapatos.

- No tardaré en prepararme. - dijo la rubia mientras subia las escaleras y la morena asintió.

hoy van a salir a cenar a un lugar muy público para generar rumores sobre su posible relación, tienen que hacerlo realidad para los demás.

Callie quería entender lo que estaba pasando, se puso a hablar con Mark sobre las actitudes de la mujer pero su amigo sólo hacía bromas, Addison le sugirió que intentara hablar con la rubia durante la cena.

Al poco tiempo la rubia bajó con un espectacular vestido rojo, sin embargo no era sólo el vestido rojo, sus ojos también estaban rojos, sin embargo Callie se prometió a sí misma preguntar que era lo que le pasaba en la cena.

- ¿Nos vamos? Estoy lista. - dijo Arizona en voz baja.

- Claro, vamos.

Callie abrió la puerta para que la rubia pasara.

***
Llegaron al restaurante más famoso de Seattle y acabaron siendo recibidas por fotógrafos que hacían varias preguntas y ambas sonreían e intentaban entrar en el restaurante,  Torres noto que su  "esposa" se sentía un poco enferma , pero sonrió como si no pasara nada, la morena fue sacada de sus pensamientos por un rápido beso que la rubia le dio.

- ¿Nos vamos, querida? - la rubia captó su atención recibiendo una sonrisa y un breve susurro positivo.

-tengo una reserva echa al nombre de Calliope torres . - dijo la morena a la recepcionista sonriendo.

- Es un placer y una sorpresa tenerle aquí.  - la chica sonrió. - Sígueme, por favor. Soy un gran fan de los dos. - la pareja sonrió.

Cuando se sentaron, el camarero no tardó en acercarse a las mesas de ambos y Arizona con una gran sonrisa le pidió al chef que las sorprendieran y este respondió que era un placer tenerlas en este restaurante.

Después de todo, ¿para quién no lo sería? Las dos mujeres más poderosas de Seattle, que aparentemente se odiaban, Estaban allí, llevándose bien y en un posible estado de ánimo romántico.

Cuando el camarero se alejó, el silencio reinó en aquella mesa.  Hasta que la morena decidió cortar el silencio.

- Arizona, ¿por qué has estado así? - la rubia la miró con aparente confusión.-No es que me importe, pero has estado actuando de forma extraña, y desde que dormiste en abril lloras casi todos los días Llevamos 17 días "casadas". ¿Qué ha pasado?

Arizona se rió en silencio y la miró fijamente.

- Como tú mismo has dicho... - fingió pensar - Oh sí, no te importa. No te preocupas por mí, Callie. Nuestro "matrimonio" fue un error y lo mantenemos por una apuesta ridícula, que ya he buscado medios y no hay manera de deshacerlo sin perder mi empresa, entonces sólo sonríe y finge ser una esposa feliz que esta perdidamente enamorada , y en cuanto al interior de mi casa no estoy obligado a vivir contigo, y aprovechándolo, trata de no aparecer más en mi empresa Ahora, sonríe. - dijo la rubia y señaló sonriendo al fotógrafo que se acercaba a ellas.

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